El presidente Alberto Fernández emprendió desde Roma el viaje de regreso a Buenos Aires, al concluir una gira que comenzó el domingo pasado en Portugal y siguió los días subsiguientes por España, Francia e Italia.

El vuelo AR 1090 de Aerolíneas Argentinas salió el viernes a última hora desde el aeropuerto de Fiumicino y trae a bordo a toda la comitiva argentina que acompañó a Fernández, con excepción de la primera dama Fabiola Yañez, que permanecerá en Roma para una actividad oficial.

Los encuentros más significativos fueron los que el Presidente mantuvo con el papa Francisco, el jueves, y con la titular del FMI, Kristalina Georgieva. Pero también tuvo reuniones significativas con el primer ministro portugués, Antonio Costa; el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez; el de Francia, Emmanuel Macron; y el primer ministro italiano, Mario Draghi, entre otros funcionarios de primer nivel de esos países.

Francisco y Fernández, encuentro entre argentinos en el Vaticano (Twitter).

Había algunas dudas sobre la recepción de Francisco, quien quedó disgustado porque el Gobierno se involucró activamente en la ley de interrupción voluntaria del embarazo (IVE), finalmente aprobada. Pero las coincidencias sobre el problema de la deuda y un orden global más justo le ganaron a las diferencias.

"La reunión fue muy buena. La idea del Gobierno es evitar involucrar al Papa en cuestiones domésticas y, en cambio, buscar su apoyo en temas de discusión global, como el acceso a las vacunas", dijeron voceros de la comitiva argentina.

Fernández, acompañado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, logró el apoyo de casi todos esos gobiernos para renegociar la deuda con el Fondo Monetario Internacional, tratando de preservar el margen para poner en práctica sus propias políticas y evitar condicionalidades del organismo.

"Nosotros buscamos un acuerdo se pueda sostener en el tiempo y que no postergue más a los argentinos. Los argentinos ya han sido postergados por el enorme crédito que le ha dado el FMI", dijo el mandatario argentino en la primera escala de su gira, en Portugal, en una declaración conjunta con el primer ministro Antonio Costa.

También consiguió el visto bueno del Club de París para postergar el pago de U$S 2.400 millones previsto para este mes, sujeto a una declaración del FMI de que las negociaciones por un acuerdo están avanzadas.

Las reuniones no abarcaron sólo cuestiones económicas. El Presidente también expuso su idea de convertir a la vacuna contra el coronavirus como un bien público global, lo que permitiría que todos los países tengan asegurado su acceso a las mismas.

Fuentes de la Casa Rosada destacaron que en la última reunión del G-20, el mandatario argentino había mantenido esa posición casi en soledad. En cambio, ahora logró el visto bueno de todos sus anfitriones.