Hoy estaba cerrado el Instituto Benito González de Bernal, donde ayer un grupo de padres fueron reprimidos con balas de goma cuando se acercaron al lugar para exigir explicaciones por el supuesto abuso a una alumna de 9 años.

Personal del Grupo de Apoyo Departamental (GAD) de la policía bonaerense mantenía esta mañana la custodia el lugar que se instaló cuando se produjeron los incidentes en la tarde de ayer.

 Por otro lado, avanza la investigación judicial en base a la denuncia realizada por la madre de la menor de edad.



" Ayer al mediodía nos enteramos que hubo un abuso por parte del hijo de la dueña. Nunca escuchamos algo así. Hoy no hay clases y el lunes o la semana que viene no se sabe", dijo  una mujer en la puerta esta mañana en la puerta de la escuela.

 "No hay ningún comunicado. Por eso estamos esperando una respuesta. Estamos con mucha angustia y bronca; uno deja a su hijo y te quedás tranquila porque está en el colegio, y pasa esto", agregó la mamá. 



Padres y madres se acercaron el jueves al mediodía al colegio ubicado en Viejo Bueno y Misiones para pedir explicaciones, que no les fueron dadas.

Alrededor de las 17 un grupo comenzó a arrojar piedras contra el frente del edificio y la policía respondió con balas de goma.

Durante los incidentes, fue vandalizado un automóvil gris señalado como propiedad del acusado, que habría sido identificado como el hijo de la dueña del instituto, quien cumple tareas administrativas en el lugar.

La alumna que denunció el abuso habló con el equipo de guardia de la Niñez de Quilmes  y dio los rasgos físicos del agresor.

Mediante la vicedirectora del establecimiento, se estableció "que dichos rasgos pertenecerían a dos masculinos hermanos que trabajan en el lugar negándose a aportar datos personales de los mismos", según la información judicial, aunque los familiares de los alumnos apuntan a un solo empleado.

Ayer, tras los incidentes, algunos policías y varios manifestantes debieron ser atendidos por el personal del servicio de emergencias  por las lesiones causadas por piedrazos y la posterior acción policial.



Entrada la noche, numerosos padres y familiares permanecían frente al colegio custodiado por la policía, a la espera de que el acusado sea evacuado y las autoridades de la institución les den explicaciones.

El caso es investigado por la Fiscalía 8 del Departamento Judicial de Quilmes, a cargo de Alejandro Ruggeri.

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