"No sabemos qué sustancia podría haberle dado", dijo el abogado de la venezolana violada
En diálogo con cronica.com.ar, Pablo Baqué confirmó que la chica dio positivo para alcohol en la pericia toxicológica, mientras que el imputado Irineo Humberto Garzón Martínez no tenía rastros de haber consumido este tipo de bebidas. Este detalle se contradice con la declaración del sujeto, indicó el letrado.
La joven venezolana de 18 años, que denunció haber sido violada en un local del barrio porteño de Balvanera, dio positivo para el consumo de alcohol en la pericia toxicológica, mientras que resultó negativo para el imputado por el abuso, Irineo Humberto Garzón Martínez, confirmó el abogado que representa a la víctima Pablo Baqué a cronica.com.ar.
Para el letrado, este detalle es contradictorio con la declaración indagatoria del acusado: "En el examen de sangre da que ella tiene alcohol y él no. (El acusado) admite en la indagatoria que ambos tomaron alcohol en el marco de lo que él llamaba una relación consentida. En ese caso, vemos que miente porque no tiene rastros de alcohol en sangre, por lo tanto no tomó".
"Lo único que sabe nuestra defendida es que tomó un vaso de agua, no sintió nada raro al beber y acto seguido, comenzó a sentirse mal, no sabemos que sustancia podría haberle dado. Si le dieron alcohol, puede ser también en estado de inconsciencia", agregó el letrado.
Baqué aseguró que la pericia toxicológica es "más que un dato", ya que "lo principal es que este sujeto está procesado por abuso sexual agravado con acceso carnal por la propia jueza que lo dejó en libertad".
El hecho fue registrado el pasado 23 de enero, cuando la denunciante fue citada para realizar una entrevista laboral que había coordinado días antes por la red social Facebook.
El acusado le pidió cenar el viernes para así "poder hablar sobre el trabajo", propuesta que fue rechazada por la joven, quien finalmente arregló presentarse el sábado por la mañana en el mencionado local de la calle Paso 693.
Según el relato de la denunciante, durante la jornada de trabajo, el acusado le ofreció varias veces una bebida hasta que finalmente la chica aceptó tomar un vaso de agua.
Siempre de acuerdo a sus dichos, tras beber el agua comenzó a sentirse mareada, por lo que le envió un mensaje a su madre explicándole la situación.
"Creo que el dueño de donde trabajo me drogó porque me siento mareada", expresó la joven en el mensaje que le envió por WhatsApp y agregó la dirección dónde estaba.
Cuando la Policía ingresó al local encontró a la joven en el fondo del comercio y el acusado estaba vistiéndola y poniéndole los pantalones.
La jueza Karina Zucconi procesó al comerciante salteño por "abuso sexual agravado con acceso carnal", pero mantuvo la libertad del imputado, lo que fue apelado por dos fiscales y ocasionó las críticas hacia la magistrada.