Un presunto motochorro fue detenido en las últimas horas, al ser identificado como el autor de un intento de robo ocurrido días atrás en el noreste del Gran Buenos Aires. Se trata del asesino de Agustín Castello, el kiosquero baleado en agosto de 2015 durante un asalto.

El acusado, llamado Nicolás Óscar Caro, de 24 años, tenía 16 al momento de aquel asesinato, y había sido excarcelado a mediados del 2020, cuando se le otorgó la prisión domiciliaria. Sin embargo, volvió a la acción: los robos a mano armada.

El detalle de la foto que delató a Caro.

Fuentes policiales informaron a cronica.com.ar que el 19 de julio pasado, una joven había denunciado que mientras manejaba su Honda XR 150 por Avenida Cabrera, había sido abordad por delincuentes en moto que le quisieron robar la mochila.

La víctima pudo escapar de los malvivientes, que se fugaron a toda velocidad al no poder lograr lo que pretendían.

Con ese testimonio, sumado al análisis de las cámaras de seguridad, los efectivos policiales determinaron la ruta donde huyeron y la identidad de al menos uno de ellos, que cayó por una foto en su perfil de Facebook donde se lo veía con la misma prenda que la utilizada en el episodio de inseguridad que se le atribuye.

Según informaron, los uniformados ya contaban con la información de que Caro sería el motochorro al que buscaban, pero el detalle de la indumentaria fue una pista fundamental. 

No obstante, los funcionarios policiales constataron que se trata del mismo sujeto que había ultimado a un joven de 25 años en el 2015.

En el interior de la vivienda allanada, encontraron cinco frascos con cogollos de marihuana, cinco plantas de cannabis sativa y un teléfono celular.

Así detuvieron al delincuente.

La UFI 9 de Luján avaló lo actuado y caratuló el caso como "tentativa de robo agravado por el uso de arma de fuego", mientras sigue la investigación en busca de atrapar a su cómplice.

El crimen de Agustín Cantello

El brutal crimen ocurrió el 13 de agosto de 2015, cuando Caro, por entonces de 16, ingresó al comercio, esperó que Agustín (25) atendiera a otro cliente y luego sacó un arma.

Si bien el joven quiosquero le entregó el dinero, recibió un disparo en el pecho. Llegó con vida al Hospital, pero a los pocos minutos falleció. El hecho quedó grabado en las cámaras de seguridad del lugar.

Caro decidió seguir adelante con sus planes luego de dispararle a Cantello. Minutos después, se dirigió a otro comercio, le apuntó a un hombre y le exigió la entrega de dinero. Días después fue entregado por su propio abuelo.

Caro había sido declarado culpable de “robo calificado por el uso de arma de fuego”, “homicidio agravado por el uso de arma de fuego", y "portación ilegal de arma de fuego de uso civil, en concurso ideal”.

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