En el partido bonaerense de Marcos Paz, el miedo es constante ante el inminente peligro que los vecinos perciben al salir a la calle. La sensación de vivir seguros desapareció hace unos años en el distrito, cuando justamente la seguridad dejó de estar en la agenda de prioridades de las autoridades municipales.

“Empezó en los últimos 5 años, se instaló, y hoy está todo liberado”, señaló Franco Guisarri. En este sentido, otra vecina Melissa reconoció: “Me críe en este lugar. Cuando era chica no usábamos llaves en las puertas, dejábamos las bicicletas en la vereda sin cadena y jugábamos todo el día en la calle sin riesgos”.

Un detalle que es el mismo al que hizo mención Liliana, una mujer que arribó al mencionado municipio en 2014, y que por aquel entonces “los robos eran más que nada por aprovechar descuidos de la gente. Por ejemplo se robaban la bicicleta o la moto sin cadena, que se dejaban afuera toda la noche afuera. Sin embargo, durante el día podías caminar tranquilo con el celular y la billetera en la mano sin ningún problema, entrar o sacar el auto de tu casa tranquilo, abrir y cerrar el portón a cualquier hora sin inconvenientes. Incluso me pasó dejar las llaves del lado de afuera de mi casa y que la vecina me avisara, o también me he olvidado el auto abierto y seguía ahí”.

No obstante, aquellos tiempos de paz se esfumaron por completo, y el presente se tornó por demás inseguro para quienes residen en el distrito. Principalmente en los barrios, no así en el casco céntrico, donde allí, según Liliana, “todavía en el centro de la ciudad es muy raro que ocurra algún robo en el centro. SÍ se ven arrebatos de carteras o de celulares de gente que va de a pie o en bicicleta. Estás mas expuesto a pie, en la hora de ingreso a los trabajos o de los adolescentes ingresando a las escuelas.

Al respecto, en base a datos oficiales, Alejandro Perugorria, vecino de Marcos Paz, y director de la Revista Seguridad y Defensa, llevó adelante un relevamiento de hechos de inseguridad, y a partir del mismo delineó un mapa del delito. En ese registro le indicó a Perugorria que en su mayoría los sucesos delictivos constan en un “robo simple, bajo amenaza de arma blanca, preferentemente”.

A su vez, remarcó que “el 80 % de los ataques tienen lugar en los barrios, sobre todo en las proximidades de las paradas del colectivo, y en las inmediaciones de las escuelas”, en dos franjas horarias del día: entre las 6 y las 9, y de 19 a 22.

Franco Guisarri, por su parte, ideó un proyecto con diferentes iniciativas en materia de prevención que proponía instalar un destacamento policial cada 6 barrios, que disponga de un agente que atienda los llamados de los vecinos que denuncien un ilícito, y de un móvil policial. Este plan fue entregado a las autoridades del municipio, las cuales solo tomaron la colocación de postas policiales.

Los asaltos y los robos, en tanto, se suceden a diario, y en número creciente. En la madrugada del 12 de febrero, dos delincuentes, uno de ellos menores de edad, sorprendió a punta de pistola a un hombre, en una estación de servicio. Le sustrajeron dinero y su camioneta, pero en su huida no pudieron arrancar el rodado, y debieron fugarse a pie, ante el acecho del personal de seguridad del lugar.

Uno de los locales asaltados en Marcos Paz.

El mismo día, Mellisa fue cercada por dos hombres, quienes bajo amenaza de arma de fuego, se apropiaron de su moto, de su teléfono, y de su mochila. Semejante odisea tuvo lugar en el barrio Martin Fierro, en cuya seccional policial “en el termino de una hora, llegaron cinco personas que habían sido asaltadas de diversas formas en ese mismo momento”, enfatizó la mujer.

Simultáneamente, delincuentes levantaron la persiana y arrasaron con una juguetera, ubicada a 200 metros de la plaza principal. Un panorama desolador que los habitantes de Marcos Paz lo vinculan con la desidia, el abandono y el desinterés municipal.

En relación a ello, Liliana sentenció que “la mayor inseguridad la generó la administración del intendente (Ricardo Curutchet) que está hace muchos años, y que mira para otro lado porque no hay suficientes patrulleros, la comisaria quedo en una edificación re chica para la cantidad de gente que vive actualmente en la ciudad, y en su puerta se pueden ver a los patrulleros estacionados todos rotos”.