Lucas Begide se convirtió este martes en el octavo testigo del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, y en el séptimo amigo de la víctima en contar bajo juramento lo que sucedió la noche del asesinato.

Habló de la pelea fuera del boliche Le Brique, y apuntó contra Ayrton Viollaz, quien le habría dado una trompada. Además, sostuvo que vio a Máximo Thomsen pegarle una patada en la cabeza a Fernando, cuando este estaba en el piso y basicamente indefenso, rodeado de rugbiers extremadamente violentos.

Fue en ese momento que Graciela Sosa, la mamá del joven fallecido, se descompensó y debió salir de la sala.

Según trascendió a la prensa, debió ser asistida por dos paramédicos porque le subió la presión, y tuvo que ser atendida en una sala contigua donde se quedó hasta finalizar la jornada la segunda jornada del proceso judicial contras los ocho acusasados.

Silvino Báez, papá de la víctima, por su parte, regresó solo a la audiencia luego de haber acompañado a su mujer.

El hecho ocurrió en horas de la tarde, en los Tribunales de Dolores, donde se desarrolla el juicio contra los acusados de matar a Báez Sosa en la localidad costera de Villa Gesell, en enero del 2020.

Una vez terminada la audiencia, Graciela pudo salir por sus propios medios junto a su marido, Silvino Báez. Ambos hablaron con los medios presentes en la puerta de los tribunales y brindaron detalles acerca de su descompensación.

"En un momento me sentí re mal por ver cómo atacaban a Fernando. Ya estaba tirado en el piso e imploraba clemencia para que dejaran de golpearlo. Es muy difícil para una madre ver eso", contó la mujer entre lágrimas.

"Me apoyo mucho en Dios, agarro fuertemente este Rosario, y pienso en que tengo que estar fuerte para seguir buscando justicia por él. Fernando merece una justicia ejemplar, que no vuelva a haber otro Fernando", agregó.

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