Alberto "Beto" Márcico (61) fue ídolo en el fútbol para los hinchas de Ferro Carril Oeste, Boca Juniors y Gimnasia y Esgrima La Plata, equipos en los que jugó como enganche o centrodelantero entre 1980 y 1998. Ese último año se retiró y, luego, se recibió de director técnico. Pero se interesó en la actividad empresarial y se introdujo en el rubro inmobiliario.

Los negocios no le depararon la satisfacción sostenida que le había brindado el fútbol, al punto de terminar ante la Justicia. Márcico fue procesado en las últimas horas porque un magistrado entendió que vendió a terceros departamentos de un emprendimiento inmobiliario que ya tenían dueños, uno de ellos el ex arquero Martín Herrera.

El ex centrodelantero y su hijo Lucas fueron procesados por "defraudación por desbaratamiento de derechos acordados y por estelionato", delitos que contemplan penas de hasta seis años de prisión. 

Ambos permanecerán en “libertad provisional”, pero sufrieron cada uno embargos por 1,8 millones de dólares y dos millones de pesos, informaron fuentes judiciales citadas por Página12.com.ar.

El fallo fue firmado por el juez Fernando Caunedo, tras una investigación que estuvo a cargo del fiscal Andrés Madrea.

Según esa sentencia, los Márcico acordaron la venta de 16 departamentos y seis cocheras con Marta Zulema Rondinella, y de otros cinco departamentos y un local comercial con Herrera, en tres edificios que estaban construyendo.

“No caben dudas, al menos en esta instancia sumarial preparatoria, de que padre e hijo participaron activamente en la ejecución de los hechos con distribución de roles que abarcaron la totalidad de las maniobras investigadas, en un mismo nivel de responsabilidad y en términos de coautoría”, expresó el magistrado.

Sin embargo, Caunedo consideró que, “no advirtiendo riesgo procesal al menos en esta instancia sumarial, corresponde ratificar la libertad provisional de Alberto José Márcico y Lucas Alberto Márcico”.

El ex centrodelantero, en la causa, argumentó que los denunciantes no tenían intenciones de poseer los inmuebles, sino que firmaron la propiedad como una suerte de garantía del préstamo que le habían otorgado para financiar las obras. Esos inmuebles fueron vendidos, casi todos, a otras personas.

"No se les vendió ninguna propiedad (a los denunciantes), sino que prestaron dinero y les retornaron intereses. Frente a los avatares de la economía local, aún no se les devolvió el capital aportado y eso motivó el reclamo formulado”, alegó Márcico. 

Según el ex futbolista, "se trató de una operación financiera y no inmobiliaria". Pero el juez refutó el argumento al asegurar que, "si Alberto José Márcico interpreta que firmó esos boletos de compraventa en garantía del préstamo de dinero, tampoco debió disponer libremente de los inmuebles afectados a esa garantía".

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