Crimen del country: la sorpresiva confesión de la empleada doméstica detenida
Declaró que estuvo ahí, pero acusó a otra persona llamada Félix. Dijo que la bio besarse con su jefe. El supuesto asesino la amenazó.
La empleada doméstica detenida por el crimen de Roberto Wolfenson en el country La Delfina, en Pilar amplió su indagatoria : “El asesino se llama Félix y lo vi besarse con mi jefe”. Así lo declaró Rosalía Paniagua ante el fiscal Germán Camafreitas.
“Ahora sí voy a decir la verdad”, sostuvo en su descargo la imputada del delito de robo calificado por el uso de arma impropia en concurso real con homicidio criminis causae.
Paniagua relató que el jueves 22 de febrero llegó a las 8 a la guardia del country y luego ingresó a la vivienda de Wolfenson por la puerta del lavadero sin el uso de la llave, dado que "siempre se la dejaban abierta".
“Me cambié y después el seño. me dijo que se iba a bañar. Entró a bañarse, no tardó mucho. Me fui a la cocina y me topé con un hombre que me dijo ´hola buen día ¿quien sos?´. Le contesté soy la empleada y me dijo: ´hoy te toca hacerme todo lo que yo te diga´. Le dije que sí porque pensé que era su hijo o alguien de la familia, no le di importancia”, contó.
La empleada describió que el presunto hombre medía 1,80 metros de altura y que vestía una chomba negra. “No vi la marca de la ropa, no vi tatuajes, anillos ni reloj”, sostuvo.
“Estaba limpiando el baño donde dormían Roberto y su mujer (Graciela Orlandi). Cuando salí a buscar un trapo para limpiar la ventana me asomé, en la puerta vi que se dieron un beso, ahí en la puerta para salir. Ellos no me vieron, yo los vi besándose. Después me fui para atrás, seguí en el baño, me quedé en shock”, dijo la sospechosa que no dio más detalles de la supuesta conversación. Según ella, "hablaban bajito" y no podía escuchar lo que decían.
La imputada contó que la “mató la curiosidad” e intentó grabar un nuevo beso para mostrarle la filmación a la “señora Graciela ”. “Me metí en el escritorio del señor, para grabar con mi celular por si se besaban. Intenté dos veces, se me cayó dos veces y dije ‘me dejo de joder’”, declaró. Y continuó: “ Bajé a cambiar el agua. Escuché que el muchacho dijo ´me dijiste que ibas a dejar a tu esposa´. El señor le dijo ´yo ya te había dicho que no´. Quiero agregar que el muchacho usaba guantes blancos de látex, los típicos de peluquería".
