Crimen de Ángeles Rawson: cayó el primo expolicía de la esposa de Mangeri que estaba prófugo desde 2022
En plena calle, Cecilio Antonio Saettone fue detenido por personal de la División Captura de Prófugos de la Policía de la Ciudad. Está condenado por haber "falso testimonio agravado" para favorecer al portero femicida, Jorge Mangeri.
Cecilio Antonio Saettone, el primo expolicía de la esposa del asesino de Ángeles Rawson, Jorge Mangeri, fue detenido este lunes en la localidad bonaerense de El Talar luego de permanecer prófugo de la Justicia por casi un año, cuando no se presentó a cumplir los cuatro años de cárcel a los que fue condenado por haber cometido falso testimonio "agravado" en dos oportunidades para favorecer al portero femicida, según informaron fuentes judiciales.
De esta manera, Saettone de 62 años, fue apresado en la tarde de esta jornada, en la vía pública por personal de la División Captura de Prófugos de la Policía de la Ciudad y bajo las directivas de la Unidad Fiscal Especializada en Investigación Criminal Compleja (Ufecri) de la Procuración General de la Nación.
Por su parte, las citadas fuentes, indicaron que la búsqueda estuvo dirigida por la Secretaría de Capturas de la Ufecri, a cargo de Juan Pablo Bello, y mediante diferentes diligencias determinaron que podía encontrarse en su domicilio particular ubicado en la calle Paul Grousac, de la mencionada localidad.
De acuerdo con los voceros, los pesquisas lo observaron salir de allí a bordo de una camioneta Volkswagen Amarok que no estaba a su nombre y a las pocas cuadras lo interceptaron y, tras confirmar su identidad, lo detuvieron.
Cabe señalar que si bien ahora está retirado de la fuerza, al momento del crimen de Ángeles se desempeñaba como oficial mayor de la Policía bonaerense destinado en la comisaría de General Pacheco y a la vigilancia de la planta de la automotriz Ford en esa misma localidad del partido de Tigre.
En tanto, Saettone fue condenado a cuatro años de prisión el 6 de diciembre de 2017, en un juicio realizado ante el juez Luis Salas del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 porteño por dos hechos de "falso testimonio agravado", tal como lo había solicitado la fiscal de ese juicio, Mónica Cuñarro.
En ese momento, Saettone quedó en libertad hasta que la condena quedara firme.
Luego, la Sala 2 de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional confirmó la sentencia el 18 de diciembre de 2020, pero la defensa de Saettone formuló nuevos planteos que finalmente fueron rechazados por completo en 2022.
Al mismo tiempo, dos fuentes judiciales confirmaron que Saettone nunca se presentó a cumplir su condena y que quedó formalmente prófugo desde el 16 de septiembre de 2022, cuando el tribunal oral dictó su captura.
Otros detalles de su situación judicial
Saettone siempre estuvo bajo la lupa de los investigadores del caso Ángeles por ser quien presuntamente asesoró a Mangeri para que inventara que había sido apremiado por policías y para que enmascarara con quemaduras los arañazos que la adolescente de 16 años le provocó en distintas partes de su cuerpo cuando quiso defenderse del portero.
Según lo planteado por la fiscalía en el juicio oral, el expolicía colaboró con Mangeri antes de que éste fuera detenido y mintió para favorecerlo en dos oportunidades: en 2013 cuando fue a declarar ante el juez de instrucción Javier Ríos, y en 2015 cuando lo hizo ante el TOC 9 en el juicio al portero.
El hecho puntual sobre el cual para la fiscalía y el tribunal mintió, es un encuentro que Saettone tuvo con Mangeri el 14 de junio de 2013, horas antes de que terminara detenido por el crimen de Ángeles, en General Pacheco donde el ahora condenado trabajaba vigilando la fábrica de Ford.
Según Saettone, en ese encuentro, Mangeri le preguntó qué haría si él tuviera algo que ver con el crimen de Ángeles y él le contestó "te meto preso", aunque luego el concubino de su prima le negó cualquier vinculación con el hecho y le dijo que estaba amenazado.
Además, Cuñarro probó en el juicio que, al declarar sobre ese encuentro, Saettone mintió cuando dijo que había durado "entre 15 o 20 minutos", cuando en realidad duró al menos dos horas, según los registros de la tarjeta SUBE que Mangeri utilizó ese día para llegar a General Pacheco.
La fiscal, también argumentó que era imposible que habiendo dialogado cara a cara, en una camioneta, Saettone haya dicho que no vio las heridas que Mangeri tenía en su cuerpo, especialmente un rasguño en una de sus mejillas que, según se estableció, la víctima alcanzó a provocar durante el ataque.
En el juicio, Cuñarro dijo que Saettone "se presentó a declarar como un testigo imparcial" cuando en realidad su propósito fue "mejorar la situación procesal del marido de su prima", que planeó una "estrategia encubridora" y que asesoró a Mangeri porque su familia le pidió que "le diera una manito".