Día Mundial de la Salud Sexual: por qué se celebra y cuáles son los derechos reconocidos en el país
Cada 4 de septiembre el mundo celebra la sexualidad como un aspeco esencial del ser humano y su bienestar. La promoción, atención y prevención son claves para respetar los derechos de las personas. Además, especialistas abordan el "consentimiento mutuo".
Este 4 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Salud Sexual, una fecha establecida en 2010 por la Asociación Mundial para la Salud Sexual (AMSS) para "sensibilizar y promover la sexualidad como un aspecto esencial del ser humano y un elemento de la salud reproductiva que debe ser satisfactorio, saludable y sin riesgos para la población". En este marco, el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires recordó los derechos de “promoción, prevención y atención”.
La salud sexual requiere un abordaje positivo y respetuoso, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de coacción, discriminación y violencia. En esta fecha y todos los días, es importante recordar los diferentes derechos sexuales que existen, reconocidos por instrumentos internacionales, regionales y nacionales.
Al respecto, el Ministerio de Salud bonaerense remarcó: "la promoción, prevención y atención de la salud sexual, reproductiva y no reproductiva es un derecho de todas las personas".
Asimismo, el Ministerio de Salud de la Nación recordó cuáles son los derechos que los ciudadanos argentinos gozan: "Decidir cómo, cuándo y con quién tener relaciones"; "Respetar la orientación sexual y la identidad de género de las personas"; "Vivir la sexualidad sin presiones ni violencia"; "Acceder a la información de calidad sobre cómo tomar precauciones"; "Elegir de forma libre el método anticonceptivo que se quiera utilizar" y "Recibir información y acceder a la interrupción voluntaria y legal del embarazo (IVE-ILE) en hospitales, centros de salud, obras sociales y prepagas, siempre de forma gratuita.
Por otro lado, la cartera de Salud bonaerense afirmó que cuentan con consejerías en salud integral y una amplia variedad de métodos anticonceptivos para todo aquel que lo necesite.
“Trabajamos para implementar un modelo de atención y cuidado de la salud sexual integral que facilite el acceso equitativo al sistema sanitario, garantizando la soberanía sobre los cuerpos desde una perspectiva de derechos y género”, destacaron.
Consentimiento mutuo
Especialistas de la Sección Sexología del Hospital de Clínicas de la UBA sostienen que muchos no saben qué es consentir y que las consultas más frecuentes tienen que ver con contentar a la otra persona, en detrimento de la sexualidad propia.
“¿Cómo hago para estar siempre listo?”, “¿cómo no hacer un papelón?”, “¿alguna vez voy a poder tener un orgasmo con una persona?”, son algunas de las preguntas más habituales que aparecen en el consultorio por parte de las personas "sin importar la edad, en adolescentes, adultos jóvenes, personas que quieren relacionarse con otros que no son tan conocidos o parejas de larga data", según refiere la doctora Silvina Valente (MN 87.798), miembro de la Sección Sexología perteneciente a la División Ginecología.
“Todas estas preguntas tienen un núcleo común: querer ser el mejor o la mejor amante sin registrar lo que cada uno siente”, afirma la profesional, quien agrega que esta filosofía se asocia a una manera "por la negativa" en la que tradicionalmente se transmitió el conocimiento sobre la sexualidad de padres y madres a hijos e hijas.
Es por eso que Valente remarca la importancia del consentimiento positivo además de mutuo: "En primer lugar, quienes participen del encuentro sexual deben estar de acuerdo con hacerlo. Y es aconsejable comunicar qué es lo que quieren, cuáles son los propios deseos. El fin es consentir entendiendo que implica permitir algo de forma consciente, de acuerdo a los propios deseos, sabiendo qué se acepta".
Sugerencias de especialistas en sexología
- Experimentar con lo a cada uno le gusta o con lo que no sabe y le puede gustar.
- Comunicar lo que uno quiere es la base de la sexualidad. Hacerlo de forma precisa. Sin vergüenza, sin tabúes.
- Disfrutar de ello y no concentrarse en qué piensa el otro o cómo la estará pasando la otra persona.
- No preocuparse por el orgasmo y disfrutar cada instante del encuentro. Dejar de estar pendiente de la expectativa del resultado.
- Que el encuentro sexual con el otro fluya y animarse a probar cosas nuevas para tener ganas de hacerlo, "total para parar o decir 'no' siempre estamos a tiempo", dice Valente.
- Conocerse, respetarse y jugar.