Por Florencia Guerrero
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Ya se ha dicho en estas páginas: desde hace algún tiempo la mafia china no se ensucia las manos, y gracias al receso que experimentan ciertos ámbitos durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO), exporta mano de obra desde el tablón deportivo, para sus aprietes. Lo que no está tan dicho y preocupa a los sectores involucrados es que los delitos contra supermercadistas chinos han crecido un 30% en los últimos meses, según las propias víctimas.

"Estamos desesperados, lo que se está sufriendo era impensado meses atrás", confirma a Crónica la presidenta de la Cámara de Supermercados Chinos, Yolanda Durán. Es que más allá de los casos más resonantes, que investiga la Justicia, la preocupación aumenta con el correr de las semanas y según la representante de los comerciantes orientales, "ese porcentaje aumenta con el correr de los días".

Y aunque ya hay tres "reclutadores" de sicarios del circuito deportivo que son investigados por la Justicia, lo que inquieta es que el delito no cesa. Primero envían las cartas de amenaza, escritas en mandarín, y si no reciben lo que reclaman, mandan a sus emisarios a dar el mensaje contundente, disparos de armas calibre 22 a las manos o a las rodillas. Sólo es un aviso.

Primero mandan una carta y después, balas.

Arriba las manos

Uno de los primeros en caer fue Daniel El Primo Laluz Ferreiro, detenido y acusado de operar en el "apriete" a comerciantes en la zona norte del conurbano. En su último acto, una semana después de decretado el ASPO, el barra de Boca Juniors operó en el ataque contra el dueño del supermercado El Siglo, Zhuang Jianzhong, y su vigilador Ariel Mendoza.

El Primo, supuesto reclutador de barras.

Hasta el lugar uno de sus asociados, Marcio El Rengo Sosa García llegó en remís, y del mismo modo volvió tranquilamente hasta su Quilmes natal. "Ya lo hice. Quedate tranquilo. Ya está cumplido", habría dicho sin mayores pruritos al reclutador durante el viaje, según consta en el expediente gracias a la declaración del conductor. Entre sus antecedentes, El Primo aparece como heredero de El Uruguayo, su padre, un histórico barra xeneize.

El fiscal Alejandro Musso es uno de los más prolíficos en esta investigación, y analiza siete ataques sicarios a comerciantes chinos en Benavídez y San Fernando. Para el letrado, El Rengo actuó en varios de esos hechos.

Como parte de los ataques, le pegan un disparo a la rodilla como "mensaje".

Pero no es el único, ya en 2019 el jefe de la barra brava de Tristán Suárez, Jorge Karma Karmazín, era detenido, acusado de participar en un ataque donde la empleada de un supermercado de San Francisco Solano fue herida a balazos, en otro encargo que la mafia china realizó por un supuesto cobro fallido.

La detención, en este caso, fue pedida por el fiscal de Quilmes, Martín Conde, a partir de una denuncia del dueño del comercio que había recibido un mensaje intimidatorio escrito en chino mandarín en el que le exigían un pago de 50.000 dólares. Karma fue el primero en caer, pero no será el único.

El Uruguayo, Richard William Laluz Fernández, padre de uno de los acusados.

Lo que la Justicia intenta determinar es quién opera en la contratación de los barras, que a pesar de las detenciones no para. Además, aspiran a conseguir que alguno de los presos se quiebre y coopere, para desenmarañar la verdadera trama, la que esconde a los que pagan esos salarios espurios, el origen de la mafia que crece pero se preserva detrás de los sicarios argentinos.


Por F.G.