Por Prof. Antonio Las Heras(*)
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Cuando la Agencia Aeroespacial de los Estados Unidos ( NASA) anunció que había perdido toda comunicación con la espacionave automática Opportunity, la sonda llevaba recorridos 45,16 kilómetros en la superficie del planeta Marte.

"En mayo de 2018 una gran tormenta nubló el cielo sobre Opportunity, lo que le impidió seguir adelante, ya que sus paneles solares no podían captar suficiente energía. La última señal del robot se recibió el 10 de junio de 2018. Desde entonces, la NASA realizó más de mil intentos de recuperación, todos sin éxito", explicó, en su momento, el investigador estadounidense John Callas, responsable de la misión. Como sea, esta máquina automática había sido pensada para transmitir datos por sólo unos meses y terminó haciéndolo durante 14 años. En verdad, una rareza sorprendente.

Steve Squyres, investigador principal de la misión agrega: "Una de las mayores contribuciones de Opportunity ha sido encontrar compuestos químicos en las rocas que demuestran que en el pasado el planeta albergó grandes masas de agua donde podría haber surgido la vida. La zona que exploró este vehículo fue hace millones de años muy húmeda, el tipo de lugar en el que podían vivir microbios resistentes, una zona habitable. Gracias a Spirit y Opportunity hemos podido analizar las rocas más antiguas de Marte y observar en estas las marcas de la presencia de agua".

¿Cómo un robot ideado para funcionar cierto tiempo sobrevivió a una gran tormenta y luego transmitió muchos más meses de lo esperado?

Obvio que a cualquiera habrá de llamarle la atención este hecho de que una máquina construida para funcionar durante sólo unos meses termine haciéndolo por casi quince años. Raro, ¿cierto? Sobre todo porque los representantes, investigadores y científicos de la NASA que hablaron omitieron algo, de lo más misterioso, que sucedió, precisamente, durante aquellos primeros meses de estar la Opportunity posada en suelo marciano.

Mars Opportunity fue el segundo de los dos vehículos robóticos de la NASA que aterrizaron correctamente en Marte durante el año 2004. Opportunity lo hizo el 25 de enero de 2004. Su gemelo, Spirit, había hecho lo propio el 3 de enero de ese mismo año. Ambos robots formaron parte del llamado Programa de Exploración de Marte de la agencia. Hasta aquí todo normal. Pero ocurrió algo imprevisto. Fue la aparición de "capas de polvo", según el término utilizado por los expertos de la NASA. Porque, en efecto, a medida que estos artefactos buscaban datos en la superficie marciana, el polvo fue cayendo sobre ellos hasta, prácticamente, cegarlos. Es decir, dejarlos inservibles para el objetivo pensado. Fue entonces cuando aconteció un suceso extraño y sorprendente.

Mars Opportunity fue objeto de una verdadera "limpieza" que le quitó hasta la última mácula de polvo y lo puso de nuevo operativo en su totalidad. En cambio, el Spirit no fue objeto de "esas mismas atenciones". Y esto que se afirma fue anunciado por una de las revistas científicas más prestigiosas del mundo. New Scientist había publicado en aquellos días que la limpieza de las capas de polvo en la Mars Opportunity mejoró su rendimiento. La Mars Spirit, en cambio, siguió sucia y, por ello, con menor rendimiento.

Un fenómeno sin explicación y de origen desconocido logró mejorar el rendimiento de uno de los vehículos. El artículo de New Scientist expresa que el fenómeno sólo se puede comparar con un lavadero de autos. La publicación afirma que algo, o alguien, limpió regularmente las capas de polvo de los paneles solares de la Mars Opportunity mientras estuvo sin funcionar durante las noches.

. La primera sonda que se posó en Marte transmitió mucho mas tiempo del programado, hasta que un día "desapareció".