Por Prof. Antonio Las Heras
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Aunque para los contemporáneos ha pasado prácticamente desapercibido, en el futuro el 30 de julio de 2020 será recordado como un día clave en el desarrollo científico y tecnológico de la humanidad. En efecto, ese día, tras el lanzamiento de la misión dirigida por la Agencia Aeroespacial de los Estados Unidos (para todos, la NASA), tres espacionaves automáticas se están dirigiendo de manera simultánea rumbo al planeta Marte, con el objetivo de descender amortiguadamente para comenzar una labor de meses, si no años, dedicada al envío de información sobre diversos aspectos de ese cuerpo estelar y, por sobre todo, determinar, de una buena vez, si hay vida allí.

Apenas siete días antes, el 23 de julio, China había lanzado su misión Tianwen 1, programado para orbitar, explorar y luego aterrizar en el Planeta Rojo. El gigante asiático ha mostrado enormes avances en lo que es la industria aeroespacial, ya ha llegado a la Luna (ha sido la primera nación en alunizar en el lado oscuro de nuestro satélite natural) y los planes de Beijing son continuar con varios proyectos en simultáneo.

Con el mismo rumbo, pero el último 20 de julio, se lanzó la sonda Hope Probe, construida por los Emiratos Árabes Unidos (EAU), que, sorprendiendo a la mayor parte de la comunidad internacional, demostró sus conocimientos para intervenir en la nueva carrera espacial, que ya está instalada y a la vanguardia.

La Argentina es parte

Es importante señalar que la Argentina está incluida en este hito histórico, a través de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), ya que, debido a un acuerdo para la investigación del espacio profundo, es parte de la misión Tianwen 1 de China. ¿El objetivo de esta misión?: además de estudiar en profundidad el Planeta Rojo, pasa por investigar sus aspectos morfológicos y físicos. El punto más ambicioso es que la espacionave regrese, recién en el año 2030, a la Tierra para traer muestras del suelo marciano.

Extraña sociedad

En cuanto a la misión de los Emiratos (EAU), cabe señalar que está directamente relacionada con Japón, dado que la sonda fue enviada al espacio por un cohete japonés desarrollado por la empresa Mitsubishi Heavy Industries (MHI) y lanzado desde el Centro Espacial de la isla de Tanegashisma, situado en territorio nipón. Cabe destacar que los japoneses poseen su propia experiencia aeroespacial, pero en este caso han aportado el impulsor a la misión conjunta, como aporte al pequeño pero económicamente muy poderoso conglomerado de los emiratos.

En cuanto a la misión guiada por la NASA, se encuentra constituida por un vehículo de seis ruedas que fue bautizado Perseverance y que recorrerá la superficie de Marte buscando, en especial, conseguir comprobar la existencia de vida presente o pasada. Para ello lleva en su interior un preciso laboratorio de análisis de muestras que desarrolla toda su tarea de manera automática. La operación estadounidense trae otra sorpresa. Se trata del Ingenuity, que no es otra cosa que un helicóptero, el primero que habrá de volar en la atmósfera marciana. Las tres espacionaves, antes de llegar a su objetivo, deberán recorrer unos 500 millones de kilómetros dentro del Sistema Solar. Si hay éxito, estarán arribando al destino elegido en febrero del año entrante. Tal vez en esta ocasión sea posible develar el enigma que anteriores misiones no pudieron concretar. Se trata de si existe o no vida en el Planeta Rojo. O bien, si hoy está extinguida, pero la hubo en otros tiempos.