Papus, ese gran esoterista: fue miembro de sociedades secretas e iniciáticas
PERSONAJE. El médico Gérard Encausse fue un estudioso tarotista, hipnotista y cabalista
Por Profesor Antonio Las Heras (*)
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Durante siglos ciencia y esoterismo fueron partes de un todo que atrajo el interés de destacadas figuras de la Humanidad cuya huella permanece a través del tiempo. Isaac Newton (1642/1727) fue uno de ellos. También Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus von Hohenheim, más conocido como Paracelso; médico, alquimista y astrólogo fallecido en 1541.
Más recientemente tenemos la figura del apodado Papus. Que oculta al casi desconocido Gérard Anaclet Vicent Encausse. Médico pero también místico, esoterista, tarotista, hipnotista, cabalista, miembro de sociedades secretas e iniciáticas, nacido en 1865 en La Coruña, Galicia, España, pero que vivió desde temprano en Francia donde desarrolló todas sus actividades.
Encausse estudió en la Universidad de París, donde se doctoró en Medicina, en 1894, con una tesis sobre Anatomía Filosófica. Luego, abrió una próspera clínica en la rue Rodin de la ciudad luz. Corresponde conocer mejor a este hombre que, de muy joven, pasaba horas en la Biblioteca Nacional de París estudiando Cábala, Magia y Alquimia.
Lleno de inquietudes, se inscribió en la Sociedad Teosófica, fundada poco tiempo antes por Madame Blavatsky, para retirarse muy pronto a causa de la línea orientalista que practicaban. Su real interés era lo esotérico de origen Occidental.
En 1888 ingresó a la Orden Cabalística de la Rosacruz. Apenas tres años después fundó la Orden de los Martinistas. Para ello utilizó textos que afirmó haber encontrado entre escritos realizados por Louis Claude Saint-Martin (1743/1803), fundador de la “Sociedad de los Íntimos”, conocido estudioso de la mística judeocristiana y creador de un propio sistema espiritual.
En la búsqueda de mayor figuración en el ámbito ocultista, Papus, cumplió una tarea de difusión contínua de diferentes escritos (ver recuadro), al punto de manejar el esoterismo europeo. Así, fue miembro de la Fraternidad Hermética de la Luz y de la Orden Hermética del Alba Dorada de París, manteniendo, siempre, tiempo para no descuidar sus estudios académicos en Medicina.
Además se relacionó con varias figuras de la política mundial, entre ellas con el Zar de Rusia, Nicolás II y con su esposa Alejandra, a quienes brindó asesoramiento médico y esotérico.
El matrimonio tenía un hijo enfermo de hemofilia y que era heredero al trono, por lo que buscaban una curación que la Ciencia de entonces no podía dar. Justamente en 1905, durante un trance, Papus dijo haberse contactado con el espíritu del Zar Alejandro III, advirtiéndole a Nicolás que el trono corría peligro por acción de los bolcheviques, asegurándoles que esa predicción podía ser mientras él estuviese con vida. Continuó luego la correspondencia con los Romanov, a quienes advirtió eñ peligro de la relación que mantenían con Grigori Yefiovich Rasputín.
Encausse se incorporó en el ejército francés, en 1914 al estallar la Primera Guerra Mundial, como médico en un hospital militar, y contrajo tuberculosis muriendo el 25 de octubre de 1916à Cuatro meses después, el zar Nicolás II y su familia eran asesinadosà Murieron tal como él lo había vaticinado. ¿Casualidad? ¿Coincidencia? ¿Real vaticinio anticipatorio precognitivo provocado por acción extrasensorial parapsicológica? Quedó así para la historia: La predicción hecha por Papus se había cumplidoà su ausencia, su muerte, impidió que continuara frenando las advertencias a la familia Romanov. Fin de la Dinastía imperial rusa.
Celebridad post mortem para Gérard Encausse, cuya tumba en el cementerio Pere Lachaise de París es una de las más visitadas, aún hoy.
NOTABLE ESTUDIANTE
FUE OBISPO DE LA IGLESIA GNÓSTICA DE FRANCIA
Con una educación que resultó muy esmerada y manifiesta gran tenacidad, Gérard-Anaclet Vicent Encausse, aunque será recordado como Papus, consigue ser designado en el cargo de “Obispo de la Iglesia Gnóstica de Francia” (foto), lugar sin parangón dentro del panorama del esoterismo europeo de aquellos tiempos.
Personaje incansable, este estudioso español afincado desde niño en suelo galo no se detuvo y continuó acumulando títulos que lo investían de prestigio en el ámbito ocultista de aquellos años. Así, obtuvo y difundió los manuscritos de Antoine Fabre d’Olivet (1767/1825), conocido esoterista vinculado a la Revolución Francesa; autor, entre otros muchos textos, de “Les vers dorés de Pythagore” (Los versos dorados de Pitágoras.)
Asimismo, alcanzó el rango de Jefe de la Ordo Templi Orientalis; hierofante (cargo sacerdotal de la antigua religión griega y otros cultos mistéricos) del Rito Antiguo y Primitivo de Memphis y Mizraim, orden iniciática que también integró alguien que estuvo en el Río de la Plata; nos referimos al célebre Giuseppe Garibaldi (1807/1882)