Por Marcelo Peralta Martínez
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Una impactante historia aterrorizó a toda España hace tres décadas, cuando un grupo de chicas decidió convocar espíritus del más allá, pero el relato superó todo cuanto se conocía hasta entonces, incluso los relatados por la ficción, ya que la historia fue llevada al cine.

Es bueno recordar que la ouija (ahora puede decirse güija, reconocido por la Real Academia Española) es un tablero de madera que tiene escrito en la parte superior izquierda "Sí" y en la derecha "No", mientras que en el centro está todo el alfabeto, de la A a la Z, y los números del 0 al 9, y en la zona inferior dice "Adiós", con el que, con la ayuda de un "señalador" (que puede ser un vaso o un máster o apuntador de madera como guía) se puede establecer un auténtico contacto con entidades fallecidas. Eso sí: esto no es un juego, y si lo hace alguien que no está capacitado para ello el final puede resultar de la peor manera. Algo así le sucedió a una joven que experimentó el peor final.

La ouija es un tablero de madera mediante el que se busca invocar a los espírtus. 

¿Cómo comenzó?

Este hecho ocurrió en Madrid, en 1991, cuando una joven de una humilde familia vivió un verdadero infierno al intentar "comunicarse" con su novio fallecido. Estefanía Gutiérrez Lázaro quiso invocar a su pareja, debido a que lo extrañaba luego que el muchacho muriera en un accidente tiempo atrás, pero jamás imaginó lo que estaba a punto de pasar. Así, junto con unas compañeras de curso, Estefanía armó una sesión de ouija en el instituto donde estudiaban, en horas de la mañana, pero el desenlace no fue el esperado. Apoyada por una de sus mejores amigas, la chica intentó contactar con el espíritu de su fallecido amado. Pero nada salió bien: las chicas fueron descubiertas por una profesora que justo al entrar presenció cómo del vaso que utilizaban de guía empezó a emanar una especie de humo negro, muy espeso, que de un instante a otro se metió por las fosas nasales de la joven enamorada.

Estefanía Gutiérrez Lázaro quiso invocar a su pareja fallecida, con el ouija, y no imaginó el final que tendría. 

Horror inesperado

Instantes después Estefanía empezó a convulsionar descontroladamente y, ante los gritos de sus compañeras y la docente, todas aterradas, advirtieron a las autoridades de la escuela de que algo terrorífico sucedía en el lugar. Al ser trasladada por personal médico, estos no lograban revertir el cuadro clínico de shock que presentaba la chica.

Lo cierto es que pasaron los días y la joven no mejoraba, seguía con convulsiones y sus amigas sentían pánico al tomar conciencia de lo que habían "jugado". Paralelamente, a los pocos días, en la casa de los Gutiérrez Lázaro, comenzaron a vivirse extraños hechos. Según los relatos, comenzaron a verse seres oscuros y sombras, los objetos se movían solos de un lado a otro, los cajones y las puertas se abrían y cerraban con fuertes golpes, y hasta un portarretratos de Estefanía se incendió en una misteriosa combustión espontánea.

Lamentablemente, sin que se produjeran cambios, varias semanas después, Estefanía murió en el hospital Gregorio Marañón madrileño, y su deceso se caratuló "asfixia pulmonar". La historia recorrió España, pero mientras que, increíblemente, sumó fieles a la ouija, otros que lo creían un juego la abandonaron para siempre.

FUENTE: elcorreoweb.es

Por M.P