Las estadísticas de femicidios se mantienen constantes: ¿Qué hacer?
Los datos de los informes son los mismo a lo largo del tiempo, el lugar más inseguro para una mujer es su propia casa. Los femicidas en su mayoría usan armas blancas. Muchos se quitan la vida. Pero ¿cómo evitarlos?
1343 femicidios, femicidios vinculados y trans- travesticidios, 1 femicidio cada 33 hs en Argentina, de los cuales: el 86.5% son directos (1162 femicidios), el 11.3% son femicidios vinculados (65 de niñas/mujeres, 87 de niños/varones), y el 2.2% son Trans/ travesticidios (29). Estos son los datos de 5 años de violencias femicidas 2017 – 2021 registrados por el Observatorio Nacional de Mumalá "Mujeres, Disidencias, Derechos"
Registro de Femicidios, Femicidios Vinculados , Trans – Travesticidios.
Entre los datos a resaltar está que 64% de los femicidios se cometieron en la vivienda de la víctima o en la vivienda compartida. En todos los informes año tras año, el mayor procentaje de los femicidios se cometen en la casa de la víctima. El lugar que debería ser seguro, donde se está protegida termina siendo la trampa mortal. Un dato que se reitera año tras año, lo que lleva a muchas preguntas.
¿Cómo hacer para protegerlas? ¿Se necesitan más refugios? ¿Son ellas las que deben abandonar todo para salvar su vid? ¿Qué pasa con la gran mayoría que no tiene los recursos económicos para hacerlo?
Cada una de estas preguntas tiene una respuesta, lo que faltan son las soluciones concretas sobre un dato estadistico que no es sólo un número.Debería ser una de las variables a tener más en cuenta. ayudar a esos chicos más allá de lo económico para salir de esa violencia en la que también estaban inmersos? Otro de los datos que son uan cosntante es que muchas de las víctimas había hecho la denuncia, había realizado lo que se le pide ir a la Justicia, pedir ayuda. Sin embargo no alcanzó. El 19 % estaba denunciado por su víctima. En el 12% de los casos la víctima estuvo desaparecida por, al menos, 24 horas. El 20% de los femicidas utilizó algún mecanismo para deshacerse del cadáver/ encubrir el hecho. Y otra vez las preguntas. Es evidente que la denuncia por si sola no alcanza. Además es importante que la mujer que va a hacer la denuncia lo haga acompañada por un amiga, un familiar y si es posible por un abogado. Que no vuelva a la misma casa con el agresor, o que se logre que el sea expulsado antes. ¿Hay susficientes asistentes sociales y psicológas en atención a la víctima para acompañarlas? ¿La Justicia cuenta con personal suficiente para ver qué sucedió con esa mujer que no volvió reftificar la denuncia? ¿Todos los médicos sabe qué preguntas y qué hacer frente a una mujer que llega golpeada y dice que se lo hizo sola, que se cayó o la escusa que fuere? Es fundamental, y se ve cada vez más, el compromiso de lo los vecinos, la violencia de género no es una problema familiar o privado. Son muchos los vecinos que han salvado vidas al alertar al 911 de que una mujer estaba siendo agredida. La metodología más frecuente a lo largo de los años es el arma blanca. Otro dato que debería prender a las alertas y generar las preguntas. Estos hombres violentos matan con lo que tienen más a a mano. Entonces ¿qué hacer con ellos para evitar los crimenes? ¿Hay tratamientos posibles? ¿Hay que ponerlos presos? ¿Cómo hacer para alejarlos de las víctimas? Claro que no todas las preguntas tienen respuesta, o no se pueden encarar de una única forma. Pero si los datos son una cosntante ¿no es hora de hacerse las preguntas para intentar encontrar las respuestas? Otro dato que se ve reflejaado en los últimos años es el 9% de los femicidas pertenecía a las fuerzas de seguridad. El 29% de los femicidios cometidos con armas de fuego se cometieron con armas reglamentarias. Otra luz roja, y tra vez las preguntas ¿Qué controles hay sobre quienes portan un arma dada por el Estado? ¿Cómo ayudar a una mujer que siente que su agresor tiene poder?. También en los últimos registros se ve como los femicidas se quitan la vida después de cometer los crímines. Ni siquiera entran en los registros oficailes, al comprobarse el suicidio el expediente queda cerrado. Las estadisticas no deberían ser solo datos fríos, detrás de ellas hay una vida arracanda, mucho dolor, familias que ya no serán las mismas. Pero sobre todo deberían servir para la Justicia, para el Estado, para la sociedad pueda generar cambios, encontrar respuestas, poder abrir nuevas puertas. ¿Eso realmente está pasando? Impresiona que los datos se mantengan constante. Es hora de dar un paso más.
Otro de los datos que se repiten son quienes se quedan sin su mamá. 52% de las víctimas eran madres. 3 % estaban embarazadas. 1439 niños, niñas y adolescentes se quedaron sin madre. Y otra vez las preguntas ¿qué pasa con el futuro de esos hijos e hijas a quienes muchas veces su propio padre les arracncó a su madre? ¿Llega la ley Brisa, la ayuda a los menores cuyas madres fueron víctimas de femicidio, a todos? ¿Cómo