El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo este miércoles en una acto con sus partidarios en las afueras de la Casa Blanca que nunca admitiría que perdió las elecciones, mientras el Congreso se preparaba para certificar la victoria de Joe Biden.

"Nunca nos rendiremos. Nunca concederemos", dijo Trump a la multitud que lo vitoreaba. "Vamos a detener el robo", afirmó el mandatario.

Ante la concentración de republicanos que él mismo convocó a protestar, el mandatario saliente también pidió a su vicepresidente, Mike Pence, quien presidirá la sesión en la que el Congreso certificará la elección de Biden, que mande los votos electorales de vuelta a sus respectivos estados, para volver a certificar los resultados.

"Si Mike Pence hace lo correcto, ganamos las elecciones. Tiene el derecho absoluto de hacerlo”, sostuvo, alegando nuevamente supuestas maniobras fraudulentas en los comicios de noviembre pasado. 

"Pence tendrá que ayudarnos, y si no lo hace, será un día triste para nuestro país", agregó Trump, tildando de "débiles" a los legisladores republicanos que planean certificar a Biden.

Miles de simpatizantes trumpistas inundaron las calles de Washington este miércoles para protestar.

El centro de la capital de Estados Unidos mostraba una fuerte presencia policial y muchos dueños de negocios, por temor a enfrentamientos, habían tapiado puertas y ventanas.

Las denuncias de fraude de Trump fueron rechazadas por varias cortes y el Colegio Electoral certificó el diciembre la victoria del ex presidente demócrata, que el 20 de enero debe instalarse en la Casa Blanca.

El Congreso debe reunirse este miércoles por la tarde para registrar formalmente la victoria de Biden. El resultado de esta obligación constitucional está fuera de toda duda: el demócrata se convertirá en presidente.

Pence se limitará a presidir la sesión conjunta de la Cámara de Representantes y el Senado que formalizará los 306 votos electorales a favor de Biden contra los 232 de Trump.

Según la Constitución, su función es meramente "abrir" los certificados enviados por cada uno de los 50 estados. Solo los legisladores pueden impugnar los resultados en ciertos estados.

La orden presidencial pone a Pence en una posición delicada, después de tres años y once meses de leal servicio, mientras que por otro lado, Biden eligió no meterse de lleno en la polémica en una jornada que suele ser una formalidad pero que puede terminar en un escándalo.