La mayoría de los niños tienen la suerte de recibir unos billetes de los abuelos cuando vistan en casa. Mientras tanto, la youtuber Anastasia Radzinskaya, de 7 años, recaudó 28 millones de dólares el año pasado por hacer videos sobre cómo decorar pastelitos de Halloween y aprender a decir la hora.

Radzinskaya, conocida como "Nastya" en sus múltiples canales de YouTube, fue diagnosticada con parálisis cerebral al nacer. Los médicos aseguraron a sus padres que era poco probable que la niña pudiera hablar; es por eso que, cuando Nastya comenzó a pronunciar sus primeras palabras, no pudieron evitar grabarla y publicar el video en la plataforma global para compartir con amigos y familia.

Nastya tiene 11 canales de YouTube diferentes, 6 de ellos traduciendo su contenido a otros idiomas.

"No esperábamos que nadie más lo viera", aseguró el padre de la influencer, Yuri, en diálogo con Hindustan Times. Y nadie lo hizo, al menos por algunos meses. Pero a medida que la joven Nastya crecía y demostraba su talento para contar historias frente a la cámara, su audiencia creció. Pronto, su nombre apareció tercero en el ranking de los Youtubers mejor pagos de 2019 creado por Forbes, tras ganar más de $18 millones de dólares en un año.

La niña de 7 años se mantuvo firme en las calificaciones de la revista empresarial, cayendo al número siete en 2020 y luego subiendo un lugar al número seis este año. De esta manera, Nastya vuelve a ser no solo la persona más joven en el top 10 de la lista, sino también la única mujer.

Un negocio familiar

Yuri y Anna, padres de Nastya, manejan el negocio de su hija.

La pequeña Nastya no construyó su imperio digital por si sola. Mientras el rápido ascenso a la fama de su hija tomó por sorpresa a sus padres, Yuri y Anna, ellos tomaron la oportunidad sin dudarlo. Anna, una planificadora de eventos de formación, comenzó a escribir guiones y coordinar los horarios de filmación de los videos; mientras que Yuri, que dirigía una empresa de construcción, renunció a su trabajo y se convirtió en un actor de tiempo completo en "Like Nastya".

La familia tomó el negocio de YouTube con seriedad, mudándose a una ostentosa casa al sur de Florida y contratando los servicios de una empresa especializada en orientar a Youtubers. "Son la primera familia que realmente entiende la oportunidad de la globalización", aseguró Eyal Baumel, el asesor de la familia Radzinskaya, en referencia a la diversificación que recibió el contenido de Nastya cuando la familia lo tradujo a múltiples idiomas.

Hoy, el canal original de Nastya tiene más de 87,5 millones de suscriptores, mientras que la versión en español suma 31,6 millones. A pesar de su éxito global, Nastya sigue siendo una niña común y corriente, que graba videos de YouTube cuando no está en la escuela o en sus clases de mandarín, español, canto, actuación y baile.

Los padres de la joven estrella prometieron que no harán que su hija trabaje más de lo que ella quiere y que una gran parte de sus ganancias se guardan en una cuenta bancaria separada. "Todo depende de ella, de verdad", dijo Yuri. "Si se despierta mañana y dice que no quiere hacerlo, no lo haremos". Mientras tanto, la joven rusa continúa acompañando a niños alrededor del mundo a través de la pantalla de YouTube.