Un caso de incesto resonó en todo el mundo. Patrick Stuebing y Susan Karolewski son hermanos, están enamorados y tienen cuatro hijos: el problema es que la justicia de Alemania prohíbe su relación.

Su caso se hizo público hace 15 años, cuando la Justicia intervino en su vínculo y, desde allí, las cosas no fueron para nada fáciles para ellos. Desde ese momento, el reclamo es el mismo: el fin de la ley que prohíbe las relaciones sexoafectivas con persona con vinculación sanguínea, en este caso, hermanos.

La historia es de vieja data, cuando Patrick Stuebing fue adoptado de muy pequeño luego de que su padre lo atacara con un cuchillo. La historia continúa, con un Patrick en una búsqueda incansable para encontrar a su familia biológica. Y lo hace: logró hallar a su madre y a una hermana. Él de 23, ella de 15 años.

Todo se desencadenó cuando, seis meses después, su madre muere de un infarto, y Patrick se quedó a cargo de Susan y de la casa comenzando su convivencia. Hoy, con 44 años, cuenta: “Me convertí en cabeza de familia y tuve que proteger a mi hermana. Ella es muy sensible, pero nos ayudamos mutuamente durante este período tan difícil y, finalmente, esa relación se volvió física”, en diálogo con el medio Daily Mail.

Durante la misma conversación, el hombre confesó que no se sienten culpables por estar viviendo su amor: “Queremos que se derogue la ley que tipifica el incesto como delito”, dijo firmemente.

“No nos conocíamos en la infancia. No es lo mismo para nosotros. Nos enamoramos de adultos y nuestro amor es real. No hay nada que podamos hacer al respecto”, explicó Karolewski, quien posee una discapacidad mental.

Entre 2001 y 2005, Patrick y  Susan concibieron cuatro hijos, dos de ellos con discapacidad. Debido a la prohibición de la Justicia de Alemania, él debió cumplir dos condenas por el delito de incesto.

Años después, en 2012, ambos llevaron el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, aduciendo que las condenas violaron sus derechos humanos. De todas formas perdieron el juicio, ya que se dictaminó que Alemania tenía derecho a prohibir el incesto.

En el fallo, el tribunal determinó la inocencia de Susan por no ser “consciente de sus actos” debido a su trastorno de personalidad y que fue “solo parcialmente responsable” por sus acciones. En cambio, dictaminaron que Stuebing sí era culpable, y que la decisión se basó en el objetivo de “la protección del matrimonio y la familia”.