Las autoridades rusas aseguraron que suministrarán a Latinoamérica más de 100 millones de dosis de la vacuna contra el coronavirus producida por ese país. En este sentido, el director del Fondo de Inversión Directa de Rusia, Kirill Dmítriev, anunció que mañana darán a conocer los países que recibirán las entregas.

Este miércoles, el organismo ruso anunció que México recibirá 32 millones de dosis. En tanto que otro de los países que ya oficializó dese un primer momento el acuerdo con Rusia es Brasil.

Dmítriev estima que se produzcan en el exterior unas 200 millones de dosis para fin de año, mientras que para 2021, espera sumar 500 millones de vacunas. De esta manera, el gobierno ruso cree que puedan firmar acuerdos similares a los que realizaron con Brasil y México, luego de recibir mil millones de peticiones alrededor de 30 países.

La controversia por la vacuna rusa “Sputnik”

Hasta el momento gran parte de la comunidad científica internacional ha cuestionado la efectividad de la vacuna rusa. Por su parte, el organismo ruso defendió el funcionamiento de su vacuna llamada “Sputnik”, al igual que el primer satélite espacial.

El científico italiano Enrico Bucci, profesor de la Universidad de Temple, Filadelfia, cuestionó la vacuna por detectar “potenciales incoherencias” en los datos de las pruebas científicas pertinentes al desarrollo del antiviral.

Bucci denuncia la ausencia de datos originales y estima que el artículo “presenta varios puntos preocupantes”, como resultados idénticos en algunas pruebas o muy parecidos entre voluntarios. El especialista advierte que el nivel de anticuerpos producidos por la vacuna es “altamente improbables” conseguirlo.

Denis Logunov, quien es el jefe del equipo que desarrolló el antígeno de la vacuna contestó que los datos ya habían sido “sometidos a un control minucioso” de los relectores de la revista científica The Lancet, que acusa a los rusos de falsificar la información obtenida de las pruebas.

Además, como contraofensiva, los investigadores rusos criticaron el resultado que dio una de las pruebas de la vacuna elaborada por la Universidad de Oxford, “AstraZeneca”, la cual provocó la aparición de un síndrome inflamatorio en la médula espinal a una mujer voluntaria para el desarrollo de este antiviral.

“Esto demuestra los riesgos de tecnologías no probadas. No sabemos cómo funcionará la vacuna de simios de aquí a 4 o 5 años. No hay un estudio a largo plazo”, criticó Lugonov con respecto al antiviral de Oxford, que fue producido a través de un adenovirus de simio y no de un humano, a diferencia de la Sputnik rusa.