Pensó que se había desgarrado un músculo, pero el diagnóstico fue catastrófico: "Te quedan 7 meses de vida"
La protagonista de esta historia es la prestigiosa científica británica Kirsty Smitten, quien contó que acudió al médico por un "dolor muscular" que resultó ser algo devastador. La facultativa lleva adelante un tratamiento para "vivir más tiempo".
Hay miles de historias que conmueven y sorprenden al mundo y una de ellas tiene que ver con una científica británica de 28 años, es que la vida de Kirsty Smitten dio un giro inesperado cuando comenzó a experimentar un fuerte dolor en el pecho en noviembre de 2021, mientras se encontraba en uno de sus viajes de trabajo en Estados Unidos y decidió consultar al médico.
Cabe destacar, que Smitten tiene una pretigiosa carrera, de hecho, fue incluida en la lista Forbes 30 Under en la categoría de ciencia y salud de Europa por sus contribuciones en el campo de la biología molecular y celular.
En primera instancia, su madre pensó que podría tratarse de un coágulo de sangre debido a los frecuentes viajes en avión que realizaba la joven. Pero al acudir al hospital, su médico pensó que se trataba de un tirón muscular y le recetaron codeína.
A pesar de que Kirsty había estado en buen estado de salud hasta ese momento y no había experimentado ningún problema con su ritmo cardíaco, ella sentía que algo no estaba bien y decidió esperar 11 horas para una tomografía computarizada. Fue entonces cuando descubrieron un tumor de 6 centímetros en su corazón.
Diagnóstico fuerte
En una entrevista con el medio South West News Service, la protagonista contó reaccionó a la noticia que le cambió la vida: “Fue impactante, porque no tenía otros síntomas antes”, dijo.
El equipo médico tardó tres meses en diagnosticar a Kirsty con angiosarcoma cardíaco, un raro tipo de cáncer que se produce en el corazón, generalmente en la aurícula derecha. Los especialistas le dieron un pronóstico desalentador: había un 68% de posibilidades de que muriera dentro del próximo año.
A pesar de las malas noticias, la joven no se rindió y comenzó a investigar sobre su enfermedad. Descubrió casos de personas que habían sido sometidas a cirugías inéditas para extirpar y reconstruir el corazón, lo que le dio una nueva esperanza.
Después de recibir una segunda opinión en el Royal Marsden Hospital, un centro de atención del cáncer en Londres, Kirsty decidió someterse a la cirugía que le dio un 10% de posibilidades de vivir cinco años más.