La historia del crimen indica que hubo diversos tipos de perfiles de matadores a la hora de cometer los ilícitos, y entre ellos aparecen los psicópatas que también tuvieron sus terribles nombres, y uno se llamó Paul Michael Stephani, denominado por los medios estadounidenses como el "Asesino de la voz llorosa", porque al momento de matar llamaba de manera anónima al 911 para confesar una muerte con una voz aguda y angustiada.

Stephani nació en septiembre de 1944 a las afueras de la ciudad de Austin, estado de Minnesota, donde perdió a su padre a los tres años y vivió en un rancho junto a su madre, nueve hermanos y su padrastro, con el que su progenitora se casó cuando quedó viuda.

Cabe destacar, que el padrastro tiene una figura especial en la crianza de Paul, ya que era abusivo con los niños y los golpeaba por cualquier situación, algo que pudo ser el desencadenante de la futura conducta del criminal, aunque nunca fue confirmado por los peritos.

Su paso por el colegio secundario fue bueno y logró graduarse, por lo que se mudó a la ciudad de Minneapolis, donde encontró trabajo en una empresa de transportes y luego como conserje de un hospital. A finales de la década del 70, Paul se casó con una joven llamada Beverly Lider, con quien tuvo a una hija, pero los constantes abusos y condenas por agresiones, hicieron que el divorcio llegue rápido y con él, abandonar su casa.

Material publicado sobre el asesino serial.

Ya en 1977, comenzó a conseguir nuevos trabajos y parejas, pero ninguno de los ítems le duraba demasiado por su manera de manejarse en la vida, y tres años más tarde, comenzó con su espiral de ataques y muerte.

En el Año Nuevo de 1980, cuando enfurecido por su momento personal, una joven de 20 años llamada Karen Potack, se interpuso en su camino y en ella descargó toda su furia. El criminal golpeó en la cabeza con una barra de hierro hasta romperle el cráneo, la violó y cortó su garganta. Lejos de escapar, Stephani llamó al 911 y con voz llorosa, dijo que una joven estaba tirada cerca de las vías del tren, por lo que la policía llegó rápidamente y llevó a la joven al hospital.

Paul Stephani: primeras muertes

Si bien la víctima no murió, quedó con graves secuelas cerebrales y no pudo identificar a su atacante, quien a los pocos meses comenzó a dejar víctimas fatales en su cuenta. Tal situación tuvo lugar en junio de 1981, cuando un grupo de adolescentes caminaba por una zona boscosa y encontró el cuerpo de Kimberly Compton (18), quien fue apuñalada 61 veces con un picahielos y estrangulada con un cordón de zapato.

Automáticamente, el asesino llamó al 911 confesando el crimen y diciendo que se iba a entregar, situación que jamás ocurrió, todo lo contrario. A pesar de que la llamada fue rastreada por la policía, cuando llegaron al lugar del episodio, nadie estaba en la cabina telefónica.

Algunas de las víctimas del criminal (Archivo).

Un mes más tarde, la víctima de turno fue Kathleen Greening (33), quien fue abordada por el asesino en su casa y ahogada por este en la bañera. En este episodio, la policía creyó que el mismo había sido accidental, ya que no encontraron evidencia de un ataque, además de que Paul no llamó al 911 para confesar el ilícito. Sin embargo, en el juicio que se le llevó años adelante, confesó ser el autor de esta muerte.

Siguieron las muertes

Con el paso de los meses y ya en 1982, una enfermera de nombre Bárbara Simons (40) se transformó en la nueva víctima de Stephani, quien la conoció en un bar y con el pretexto de llevarla a su casa, cambió el rumbo y le aplicó 40 puñaladas y dejó su cuerpo en un camino a Mississippi. Y aunque otra vez llamó al 911 para confesar el crimen, esta vez se abrió una puerta para dar con el matador, ya que varios testigos identificaron al sujeto que se fue con la enfermera y realizaron un identikit sobre el presunto asesino: de unos 40 años, 1,80 metros, 85 kilos y cabello negro y color trigueño de piel.

Las marcas del último ataque de Stephani (Archivo).

A pocas horas de sucedido este hecho, Stephani atacó a Denise Williams (21) una prostituta a la cual apuñaló 15 veces con un destornillador, sin embargo, antes de quedar malherida, la víctima tomó una botella de vidrio del coche donde era atacada y le cortó la cara al asesino, quien escapó de la escena.

Un vecino que estaba en la zona escuchó los gritos de la mujer, la socorrió y llevó al hospital, donde la víctima pudo reconocer al atacante por una serie de fotografías que le mostraron. En cuanto al atacante, este llegó a su casa, pero como vio que la herida cortante era profunda, decidió llamar al 911 para solicitar una ambulancia y esa fue su trampa final, ya que la operadora reconoció su voz por los otros asesinatos pasados y denunció la situación a la policía local.

El modus operandi del asesino era similar (Archivo).

Los agentes de orden acudieron a su casa y detuvieron a Stephani, quien en principio negó todo tipo de hechos ilícitos, pero sus propios familiares presentaron testimonios y pruebas de que Stephani era el llamado "Asesino de la voz llorosa", con lo cual en el juicio se lo condenó por la muerte de Simons y el intento de asesinato de Williams, recibiendo una pena de 40 y 18 años respectivamente.

Paul Stephani confesó las muertes años más tarde (Archivo).

En 1997, y sabiendo que el cáncer le estaba ganando la batalla en la prisión de Oak Parks Heights, Stephani decidió confesar los hechos con detalles increíbles y "liberar su alma", para luego morir el 12 de junio de 1998 a los 53 años.

POR G.A.