Francisco en el Ángelus: "Podemos ser pecadores, pero corruptos jamás"
El Pontífice se refirió de esa manera a la forma en que deben actuar "los cristianos". En pocos días, la máxima autoridad católica recibirá por su parte al presidente de Francia, en el marco de la publicación de un informe que denuncia abusos sexuales perpetrados por miembros de la Iglesia en ese país.
El papa Francisco se refirió este domingo por la mañana a la forma en que deben actuar "los cristianos" y exigió "abandonar las máscaras sociales de la falsedad y buscar la verdad que viene de Jesús", en el Ángelus de cada domingo que llevó adelante frente a la Plaza San Pedro.
"La vida del cristiano no es una actuación donde se puede llevar la máscara que más conviene. Porque cuando Jesús reina en el corazón, lo libera de la hipocresía, de las escapatorias, de las dobleces", resaltó el Pontífice, quien además subrayó: "Podemos ser pecadores, pero corruptos jamás".
El discurso del Papa se da en el marco del "Día de la Solemnidad de Jesucristo" celebrada por la Iglesia y a pocos días de la reunión que mantendrá Francisco en el Vaticano con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, en el marco de un reciente informe en ese país que denuncia casos de pedofilia por parte de miembros de la institución católica.
En ese sentido, en octubre pasado se publicó el informe Sauvé, que reveló que cerca de 216.000 personas han sido víctimas de violencia o agresión sexual cuando eran menores de edad por parte religiosos desde 1950 en Francia.
Por su parte, Francisco hizo hincapié en que hay que "lidiar siempre con los límites y los defectos", porque "todos somos pecadores", pero que cuando "se vive bajo el señorío de Jesús, uno no se vuelve corrupto, falso, con la inclinación a cubrir la verdad".
"No se lleva una doble vida. Que la Virgen nos ayude a buscar cada día la verdad de Jesús, Rey del Universo, que nos libera de las esclavitudes terrenas y nos enseña a gobernar nuestros vicios", exclamó.
El Pontífice dio sus discurso acompañado por dos jóvenes de la diócesis de Roma, quienes dieron un saludo a los fieles presentes y pidieron "testimoniar con alegría a Jesús".
En su anterior, el Papa había exigido a los miembros de la Iglesia "salir a las periferias", hacer resonar allí la palabra del Evangelio, al tiempo que reivindicó que la "compasión" y la "ternura" se pongan en práctica en la vida cotidiana para hacer resonar "la palabra del Evangelio".
Sobre esta línea, instó a ser "hombres y mujeres de esperanza, comprometidos a vivirla y también a organizarla, traduciéndose en las situaciones concretas de cada día, en las relaciones humanas, en el compromiso social y político, alimentando la esperanza en el mañana aliviando el dolor de hoy".