Un supermercado de Santiago de Chile fue clausurado por la venta de pollos bañados en cloro, entre otras insalubridades que descubrieron las autoridades y que causaron indignación en la población. Sin embargo, no es la primera vez que está en el centro de la polémica.

La medida fue dispuesta por el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) que denunció a “Ricos Pollos”, un local comercial ubicado en la comuna de Romeral, Región del Maule, que en abril pasado ya había sido clausurado.

La autoridad sanitaria de ese país comprobó que en ese lugar vendían pollos bañados en cloro y luego asados, para ocultar el olor a descomposición. Allí confiscaron 1.200 kilos de carne que se encontraba en mal estado.

El director regional (S) del Sernac, Andrés Salas, explicó que mediante esta denuncia buscan “que la Justicia aplique el máximo de las multas a la empresa ante los graves hallazgos detectados, los que claramente pusieron en riesgo la salud y la seguridad de las personas”.

De acuerdo a su informe, se detectó en el local diferentes tipos de carne con hongos y con mal olor, además de presas de pollo adobadas y congeladas sin rotulación.

También constataron la presencia de pollos descongelándose en un lavaplatos y personal con ropa sucia y sin elementos de protección, entre otras situaciones.

Los pollos eran asados para ocultar el mal olor. 
Los pollos eran asados para ocultar el mal olor. 

Tras ser denunciada por Sernac, la empresa arriesga una multa de hasta 600 UTM, es decir, cerca de 40 millones de pesos.

La Ley del Consumidor establece que las personas consumidoras tienen derecho a la seguridad en el consumo, lo que implica que las empresas no pueden comercializar productos que puedan poner en riesgo la salud de las personas.