Torta de ricota: la receta mágica para que salga perfecta
Para sorprender a tus seres queridos con un exquisito desayuno o merienda, conocé cómo preparar esta imperdible torta de ricota. ¡Seguí las indicaciones!
La torta de ricota es un clásico que le gusta a casi todos los argentinos. Se trata de una opción riquísima para cualquier desayuno, merienda e incluso postre, ya que su composición es simple y su sabor dulce no resulta empalagoso. Para no recurrir a la típica de panadería, conocé esta receta súper sencilla y preparala en tu casa.
Si bien se considera que su origen es italiano, con el paso del tiempo se convirtió en un plato típico de Argentina. La ricota es el ingrediente principal, pero lleva una masa suave en su exterior que termina de completar esta exquisita preparación. Además, es ideal para sorprender a tus seres queridos, puesto que cautiva a cualquiera que la pruebe.
Los elementos necesarios son bastante básicos: manteca, huevos, azúcar y harina. Aunque todo debe mezclarse para formar una masa, hay algunos consejos que vale la pena seguir para que quede de la mejor manera posible. Esa misma masa se utiliza también para cubrir el relleno, ya que el objetivo es que se "contenga".
Ingredientes para elaborar la mejor torta de ricota
Para la masa
- 100 gramos de manteca.
- 70 gramos de azúcar.
- 2 yemas de huevo.
- 1 cucharadita de esencia de vainilla.
- Ralladura de medio limón.
- 200 gramos de harina 0000.
- 1 cucharada de polvo para hornear.
- 1 pizca de sal.
Para el relleno
- 250 gramos de ricota.
- 85 gramos de queso crema.
- 60 gramos de azúcar.
- 1 cucharadita de esencia vainilla.
- Ralladura de media naranja.
- 2 claras de huevo.
Torta de ricota: modo de preparación
1. Para la masa, batir la manteca pomada junto con el azúcar, la esencia de vainilla y la ralladura de limón. Debe quedar una crema homogénea.
2. Sumar las 2 yemas de huevo a la preparación y batir por 2 minutos más.
3. Agregar la harina, el polvo para hornear y la pizca de sal previamente tamizados, para evitar que se formen grumos. Esta vez no se debe batir, sino que hay que integrar todo con una espátula.
4. La masa debe quedar como un arenado, el cual hay que colocar sobre un papel film. Aplastarla con las manos para unirla, sin amasarla de más. Cubrir con otro papel film y estirarla hasta que quede de unos 4 milímetros de grosor.
5. Llevar la masa a la heladera durante aproximadamente una hora para que se enfríe bien. Esto facilitará su manipulación.
6. Una vez que haya pasado el tiempo, precalentar el horno a 150 grados y empezar a preparar el relleno. En un bol, poner la ricota junto al queso crema e integrar con una espátula. Un dato clave a tener en cuenta es que si la ricota tiene mucho suero, se puede colar. Además, el queso se puede reemplazar por crema de leche.
7. Incorporar el azúcar, la esencia de vainilla, la ralladura de naranja y las claras de huevo. Mezclar bien y reservar.
8. Forrar el molde elegido con la masa (lo ideal es que sea de unos 15 centímetros). Cabe recordar que esta debe quedar dividida en dos partes, ya que una de ellas se usará luego para cubrir la torta.
9. Verter el relleno por encima y taparlo con la otra parte de la masa. Pinchar con un cuchillo para que salga todo el vapor durante la cocción.
10. Llevar al horno por 40 minutos. Cuando esté lista, dejarla enfriar a temperatura ambiente y llevarla a la heladera como mínimo 2 horas. Más tarde, desmoldar y decorar con azúcar impalpable por arriba. ¡Y listo!