Murió Guillermo Calabrese, el reconocido chef que destacó en "Cocineros Argentinos"
Había sido trasladado de urgencia al Hospital Fernández por un paro cardíaco. Falleció esta madrugada, confirmó su familia. Conmoción entre sus colegas y seguidores.
El cocinero Guillermo Calabrese, quien destacó en el programa televisivo Cocineros Argentinos que estuvo en el aire durante varios años en la TV Pública, falleció la madrugada de este viernes debido a un paro cardíaco, según confirmaron desde Canal 9, emisora donde estaba al frente de "Qué Mañana".
Lo cierto es que el chef de 61 años había sido trasladado por el SAME al Hospital Fernández cerca de las 2 de la mañana de este viernes, y su fallecimiento se confirmó a las 2.20.
“¿Por qué no cocina?”, se preguntó un joven Calabrese cuando a los 25 dejó quinto año de medicina y decidió cambiar de rumbo. Sin prácticamente escuelas de gastronomía, en ese entonces le mandó una carta al Gato Dumas pidiéndole trabajo y un nuevo mundo se abrió.
Para él, la tele siempre fue una diversión. “Me genera algo, debo tener algo actoral, mi trabajo del día a día es la dirección del Instituto Gato Dumas y voy a la tele a divertirme, me gusta comunicar transmitir y la idea es que pase un buen rato el espectador”, recordaría en una charla con Teleshow.
Tras comenzar como empleado de limpieza en la cocina de uno de sus restaurantes, llegó a ser jefe de cocina en sólo tres años.
Ese espacio de conocimiento él lo agradeció siempre y recordaría que le hubiera gustado tenerlo en su juventud a la hora de dar sus primeros pasos entre las ollas y los fuegos: “Si en mi época hubiera tenido la posibilidad de ir a un colegio, hubiera hecho las cosa mas rápido, pero bueno, me tocó al revés. Más allá de eso, como en toda profesión, es muy importante la práctica”.
Sobre el Gato Dumas, aclararía que “trabajar con él era fascinante, era innovador y un trabajador inalcanzable, yo era mucho más chico que él y terminaba con la lengua afuera. Era muy respetuoso de la profesión, orgulloso de ser cocinero, que es algo tan simple como darle de comer a la gente. Y estaba muy preparado, no de casualidad fue el número uno. Tenía talento y trabajaba”. Y recordó que cada vez que su maestro y colega viajaba, por lo general una vez por año a Europa a aprender nuevas recetas y tendencias, “traía dos valijas repletas de libros, pesadísimas”.