En septiembre comienza la época de cosecha de las remolachas, una de las verduras preferidas a la hora de aportar color a las ensaladas, añadir dulzura o amargor a alguna preparación –según cómo se utilice-, o para espesar alguna preparación con su gran cuerpo y textura. Aunque en Argentina se acostumbre a comerla más como en los primeros ejemplos, del otro lado del mundo, la remolacha es el ingrediente principal para uno de los platos más exquisitos de la gastronomía de Ucrania: la sopa Borsch.

Su popularidad se ha extendido por Europa del Este y el antiguo Imperio ruso y, a través de la migración, a otros continentes.

En Europa del Este y Asia del Norte es muy común encontrar en hogares y restaurantes esta comida que se puede disfrutar fría, como un gazpacho español para el verano, o caliente, ideal para los últimos días de este invierno.

La protagonista de este distintivo plato de color rojo es la remolacha, pero el recetario ucraniano y ruso, que también adoptó la preparación de esta comida en su dieta diaria, indica que originalmente lleva caldo de carne o huesos, zanahoria, apio, papa, y tomate.

La cocinera Carmen Tía Alia, de Directo al paladar, asegura también que la sopa Borsch forma parte también de la herencia culinaria de muchos otros países europeos, y es nombrado de distintas formas: barščiai en Lituania, borschtsch en Alemania, barszcz en Polonia y borş en rumano.

En esta oportunidad, seguiremos su receta al pie de la letra para transportarnos al hemisferio norte del mundo y conocer la mística de la cultura ucraniana a través de los sabores y olores de su cocina.

 

Un plato de borsch es perfecto para la hora de la cena estos días, pues es muy saciante pero relativamente ligero.

Ingredientes (Para 6 personas)

  • Remolacha cruda 450 g
  • Zanahoria grande 1
  • Patata grande 1
  • Apio rama 1
  • Cebolla morada 1
  • Diente de ajo 2
  • Aceite de oliva virgen extra 25 g
  • Comino en grano 5 g
  • Laurel hoja 1
  • Caldo de verduras o carne 1
  • Tomate mediano 2
  • Col lombarda 1/4 unidad
  • Vinagre de vino tinto 30 ml
  • Azúcar moreno 15 g
  • Sal
  • Pimienta negra molida
  • Eneldo fresco o seco
  • Crema agria

Procedimiento:

1. Comenzamos preparando todas las verduras para que el proceso sea más ágil. Pelamos y cortamos en dados la remolacha, la zanahoria y la patata. Lavamos el apio y en rodajas finas. Pelamos la cebolla y los dientes de ajo y picamos finamente. Pelamos y cortamos los tomates en dados y la lombarda en juliana (tiras finas).

2. Calentamos el aceite en una cacerola amplia y añadimos la remolacha, la zanahoria y la patata. Rehogamos un par de minutos antes de incorporar el apio, la cebolla y el ajo. Cocemos a fuego medio, removiendo de vez en cuando, durante cinco minutos.

Tradicionalmente se sirve con crema agria, eneldo y un poco de pimienta negra molida. Acompañar con un buen trozo de pan.

3. Agregamos las semillas de comino y el laurel junto con el caldo. Ajustamos el punto de sal y cocemos a fuego lento durante 15 minutos, contando desde el momento en que empieza a hervir.

4. Pasados los 15 minutos de cocción, añadimos el tomate, la lombarda, el vinagre y el azúcar. Cocemos durante 20 minutos a fuego medio.

5. Podemos triturar las verduras (retirando la hoja de laurel previamente) o servir el borsch tal cual. Sea como fuere, lo servimos con un poco de crema agria, pimienta negra molida y un poco de eneldo (fresco o seco) para dar un punto extra de sabor.