Se acerca el 25 de Mayo, día que se conmemora la Revolución de Mayo que dio inicio al proceso de independencia de nuestro país, y miles de personas se encuentran organizando como será la celebración familiar y, claramente, las comidas típicas nunca faltan en las mesas argentinas.

En esta oportunidad, te compartimos un típico postre que nos hace viajar al pasado y que nos recurran a las abuelas: mazamorra. Este clásico dulce, que surgió como receta para  aprovechar al máximo del maíz, pose pocos ingredientes e incluso no requiere de grandes conocimientos culinarios para poder realizarlo. 

Una receta sencilla para disfrutar en familia. 

Ingredientes necesarios para hacer una sabrosa mazamorra criolla: 

  • 1/2 kg maíz blanco.
  • 2 litros agua o leche. 
  • 12 cucharas de azúcar común.
  • Canela en rama o polvo. 
  • 1 cucharadita de Bicarbonato de sodio.
  • Cáscara rallada de un limón o naranja.
  • Esencia de vainilla. 
  • Hojitas de menta (opcional). 
  • Dulce de batata o membrillo (opcional). 

El paso a paso de esta típica preparación patria: 

  1. La noche anterior a iniciar la preparación, en una olla con abundante agua, poner en remojo todo el maíz y dejar tapado en la heladera. Si no podés dejarlo estacionar durante este periodo, procura que los granos estén la mayor cantidad de horas posibles porque de esto depende su buena preparación. 
  2. Tras este periodo, desechar el agua del recipiente y enjuagar para sacar todo el excedente. Acto seguido, poner en una olla completamente cubierto de agua o leche y hervirlo aproximadamente 1 ½ hora o hasta que el ingrediente esté bien tierno.
  3. Cuando se logre la consistencia deseada, retirar el exceso de líquido e incorporar la canela (en barra o polvo), el azúcar y la cáscara de limón o naranja. Dejar cocinar a fuego suave por aproximadamente 25 minutos o hasta que la preparación esté bien cremosa. Te recomendamos que vayas mezclando para evitar que se pegue y/o queme.
  4. Cuando este hecho, sacar de cocción y dejar enfriar por unos minutos. Servir en vasos o copas en compañía de una "lluvia" de canela o azúcar quemada. Si querés darle un toque especial, incorpora un cubito de dulce de batata o membrillo y una hojita de menta para decorar. 

Algunas recomendaciones para tener en cuenta:

Este postre sencillo y ligero es ideal para servir después de típicos platos patrios que suelen ser fuertes como el logro, el guiso de lentejas/mondongo o mismo el clásico asado. A su vez,  gracias a su cremosidad, lo podés servir tanto frío como caliente y en compañía de fruta en caso de que le quieras dar una pizca de frescura. 

Si bien es una preparación sumamente sencilla, hay que mencionar que es muy importante mantener un fuego medio-moderado y con batido constante para que no se queme ni pegue, dado que algunos granos quedan enteros e incluso la leche misma, cuando hierve, se genera una costra que también se puede adherir a la olla.