Cuando surge el apetito y hay ganas de comer algo sabroso, pero sin tener que cocinar, aparecen dos grandes opciones al alcance del teléfono: la pizza y las empanadas.

Ambas propuestas rankean alto en el podio de comidas más solicitadas al delivery, tanto en Argentina como en otros países latinoamericanos.

La pizza es, por goleada, el plato favorito para recibir en casa cuando hay visitas o, simplemente, cuando no hay ganas de cocinar. Mientras que las empanadas, ofrecen una mayor variedad de sabores con un relleno justo para cada comensal. Entonces, ¿cuál es mejor?

Pizza: puntos a favor

  1. Es un clásico de los argentinos: sentarse en un sillón a ver una película o un partido de fútbol mientras se degustan unas porciones de pizza, sin tener que armar demasiado despliegue.
  2. Las variables son infinitas en cuanto a gustos y medidas, y con tres porciones, habitualmente, una persona debería estar satisfecha.
  3. No es imprescindible que esté muy caliente, aun tibia y, por qué no, fría, siempre es rica.
  4. Las opciones para adquirirlas son muchas: todas las pizzerías ofrecen delivery. Se puede comer con jugos, gaseosas o vinos, aunque la cerveza -según dicen- es el mejor compañero.

Puntos en contra

  1. Si no se come sentado a la mesa, las chances de mancharse la ropa aumentan, ya que a veces las porciones se tornan “ingobernables”.
  2. En familias en las que algunos tienen gustos diferentes, no es tan fácil ponerse de acuerdo con el tipo de pizza y los ingredientes a elegir.
  3. Por la manera de preparación que requiere la pizza, si la demanda en la pizzería es muy grande (como por ejemplo un sábado a la noche), la demora puede alcanzar horas de espera.
Las porciones de pizza muchas veces se vuelven "ingobernables" y pueden dejar huellas en la ropa.

Empanadas: puntos a favor

  1. Por su forma, son más fáciles de sostener que una porción de pizza, en especial cuando no estamos sentados a una mesa.
  2. Cuando un grupo familiar o de amigos se decide a comprar empanadas, cada uno puede armar su combo, ya que al venderse por unidades y sabores, no es necesario adquirir una cantidad determinada y que todas sean de un mismo gusto.
  3. Al poder comprarse por unidad, no hace falta ordenar más de media docena, como mínimo para ser entregada a domicilio, con lo cual se gasta menos dinero.
  4. Al igual que la pizza, las empanadas, sean del gusto que deseen, van bien con cualquier bebida (jugo, gaseosa, vino o cerveza).
Es difícil competir con una rica empanada de carne cortada a cuchillo, un sabor que la pizza no ofrece.

Puntos en contra

  1. El costo de una docena de empanadas es en general más elevado que el de una pizza grande. Incluso por unidad, una empanada vale más que una porción de “muzza”.
  2. Muchas veces, cuando se compran muchas empanadas de diferentes sabores, si no están bien delineadas cada una, hace falta abrirlas para chequear su relleno.
  3. Según sus sabores, si no están calientes ya no son tan placenteras al comer. Y si no tenemos dónde calentarlas, algunas resultan un verdadero “mazacote”, difíciles de digerir.
  4. Si no se pide media docena, es probable que el delivery no la entregue o exija un mínimo para llevarlo a domicilio.