Este martes se cumplen 24 años de la muerte de Lady Diana, la princesa de Gales que dejó una huella imborrable en los corazones de los ingleses y del mundo. Cada aniversario es una ocasión para recordarla y conocer nuevos detalles de su vida como, en este caso, la dieta que mantenía, sus platos favoritos y la amistad que la unía con su chef personal.

La relación de Lady Di con la comida fue, por momentos, complicada. Atravesó períodos de extrema delgadez y sufrió de trastornos alimentarios debido al estrés que le ocasionó ser parte de la realeza inglesa.

Durante sus años de matrimonio con el príncipe Carlos y una vez superada la bulimia que la aquejó, Diana confió en un solo chef para alimentarse, Darren McGrady. En 2017, el gastronómico reveló los gustos de la “Princesa del pueblo” a la hora de comer en el libro “Eating Royally: Recipes and Remembrances From a Palace Kitchen".

McGrady trabajó para la monarquía británica por más de 15 años y fue el encargado de atender las peticiones gastronómicas de Diana durante 11 años. En la publicación aseguró que el tiempo que trabajó en Kensington, la princesa llevaba una dieta equilibrada y sana, aunque de vez en cuando se permitía alguna pequeña transgresión.

Según afirmó el chef, Lady Di dio un cambio de vida al superar la lucha contra la bulimia. Ya separada del príncipe Carlos, contrató los servicios particulares de McGrady, etapa en la que la confianza entre ambos creció.

"Estaba entrando en una nueva etapa de su vida y se cuidaba más. Los años como bulímica habían terminado y estaba comiendo adecuadamente", contó el hombre.

A Diana Spencer le gustaban mucho los pimientos rellenos y el pollo escalfado, pero el principio que guiaba su alimentación era un consumo bajo de carbohidratos, centrándose en una dieta casi vegetariana. La frase que siempre le repetía al chef era “Tú encárgate de la grasa, yo me encargaré de los carbohidratos en el gimnasio”.

"Tú encárgate de la grasa, yo me encargaré de los carbohidratos en el gimnasio”, le dijo Diana a su chef.

La princesa de Gales hacía ejercicio de manera regular y solía cenar papas hervidas y claras de huevo con pollo. De acuerdo a McGrady, era una mujer muy metódica en lo que se refiere a las comidas, aunque hacía excepciones cuando tenía invitados. Si cenaba sola priorizaba los platos vegetarianos, pero cuando recibía visitas ampliaba el menú para complacerlos, como cuando Clint Eastwood le pidió cordero y ella lo acompañó.

"La princesa nunca comió mucha carne roja, nunca ternera ni cerdo, y ocasionalmente cordero, cuando estaba ejerciendo de anfitriona de sus invitados, pero la mayor parte del tiempo consumía pollo, pescado o platos vegetarianos", explicó el gastronómico.

En cuanto a lo dulce, la princesa Diana tenía sus favoritos: el budín de pan y manteca, un plato tradicional de la cocina inglesa. Incluso McGrady cuenta que cada vez que lo preparaba, ella se escabullía en la cocina para comer las pasas de uva que habitualmente se usan para adornar el postre.

"A ella le gustaba venir y se sentaba a charlar con nosotros (...) Pocas personas han impactado mi vida y la Princesa Diana fue una de ellas. Cuando yo estuve a su servicio, ella atendía a por lo menos 200 organizaciones de caridad y era una increíble mujer a quien le importaban mucho sus empleados y hasta cuando era el cumpleaños de algún miembro del staff o su familia, mandaba saludos y tarjetas personalizadas, también en Navidad", recordó McGrady.