Tras batirse a duelo en las cocinas más famosas del mundo, Gastón Dalmau y Gerogina Barbarossa celebraron haber llegado al tramo final de la segunda temporada de MasterChef Celebrity, que finalmente, tuvo como ganador del certamen al ex Casi Ángeles.

Sin lugar a dudas, la última semana del reality show de cocina se vivió con la emoción a flor de piel, dado que desde el lunes al jueves pasado, los espectadores fueron conociendo los nombres de los últimos cuatro participantes que dejaron todo en cada preparación gastronómica.

Gerogina Barbarossa, Sol Pérez y Candela Vetrano, fueron las que más se acercaron a la gloria en las últimas instancias de la competencia, y aunque no obtuvieron el primer puesto, nadie cuestiona que las tres se convirtieron a lo largo del programa en grandes cocineras que demostraron un gran potencial y destreza para esta área.

Además de tratarse de un programa atractivo por las personalidades de la farándula que lo componen, no se pueden desacreditar las sorprendentes enseñanzas que ha dejado el show en quienes realmente se interesan y buscan aprender sobre cocina profesional.

Una de las últimas técnicas que cautivaron a los televidentes en la semana que pasó fue la que implementaron los semifinalistas el martes pasado, cuando tuvieron que cocinar un platillo libre con los ingredientes ofrecidos, entre los cuales se encontraba un pulpo.

Tostada con puré de garbanzos pulpo a la plancha y salsa picante: los últimos platos de Sol Pérez del certamen.

Tanto Dalmau como Barbarossa y Pérez optaron por utilizar al octópodo, y para muchos espectadores habría sido muy curioso que antes de cocinarlo, se indicara que primero debían “asustarlo”.

¿Qué significa eso? ¿Estaba vivo el molusco marino? Claro que no. Más bien se trata de uno de los tantos trucos de la cocina internacional que siempre se tiene que tomar en cuenta para sacar adelante un platillo de diez.

Según especifica la página web Cocina y Vino, para lograr que la carne del pulpo vuelva suave y tierna, primero hay que “asustarlo”. ¿Cómo se logra esto? Muy sencillo, tomá nota:

  1. Limpiar bien al octópodo con abundante agua para retirar cualquier rastro de arena o partículas indeseadas, además de las vísceras y el pico que están presentes en la cabeza.
  2. Colocar a hervir abundante agua en una olla bastante grande para iniciar con la cocción.
    Primero hay que "asustar" al pulpo para romper el colágeno que se encuentra en sus fibras y vuelven su carne tan dura.
  3. Cuando rompa el hervor, tomar con una pinza al pulpo desde el epicentro de su cuerpo, no desde la cabeza, porque se puede desgarrar. Una vez que lo tenga con seguridad, proceda a sumergirlo una primera vez en el agua hirviendo sin soltarlo, de modo que lo puede sacar pasados apenas dos segundos. Sosténgalo por cinco segundos fuera del agua, sumérjalo nuevamente y retírelo otra vez.
  4. Este proceso debe repetirse entre tres y seis veces, antes de dejar al pulpo dentro de la olla, hasta que esté cocido. A este procedimiento de sumergir y retirar se le conoce como “asustar”.

La razón por la cual se realiza esta técnica tan conocida en la alta cocina, y principalmente en el mediterráneo, donde más se cocinan platillos con pulpo, es que la carne de este animal “está compuesta por fibras musculares que están superpuestas entre sí, a la vez que están reforzadas con colágeno”, especifica el medio culinario.

Al exponer su cuerpo a un cambio repentino de temperaturas, el colágeno se rompe y evita que el pulpo se ponga duro. Esto último es lo que ocurriría si se deja cocinando la primera vez, sin asustarlo.