Lo conoció por una app de citas: lo drogó con heroína y clona, lo abusó y le robó el celular y plata
"Parece una película de terror". Esas fueron las palabras con las que un joven de 29 años le describió a cronica.com.ar la pesadilla que vive desde el pasado 15 de marzo cuando ocurrió el episodio denunciado.
"Parece una película de terror". Esas fueron las palabras con las que un joven de 29 años describió la pesadilla que vive luego que denunció que fue drogado, abusado y asaltado por un hombre que conoció a través de la aplicación de citas Grindr. Desde la tarde que se encontró con el sospechoso hasta el otro día, que se levantó en su casa mareado, sin sus pertenencias, con dolor en todo el cuerpo y signos de haber sido violentado, no tiene registro alguno de lo que pasó.
Todo comenzó el pasado lunes 14 de marzo cuando la víctima, quien prefiere no develar su identidad, coordinó una cita con un sujeto que conoció a través de una app.
"Nos mensajeamos y quedamos en encontrarnos en la estación de Ituzaingó cuando yo saliera de trabajar", relató a cronica.com.ar. El plan era salir a tomar algo, y despues ir al departamento del sospechoso, que según le había dicho estaba situado en Malvinas Argentinas.
Tras encontrarse decidieron ir a la estación de Merlo donde ingresaron a un bar en el que apenas estuvieron unos cinco minutos, contó la víctima. De ahí se dirigieron a la plaza Nestor Kirchner donde se sentaron a tomar unas bebidas que habían comprado. "Hasta ahí todo normal", relató el entrevistado. Sin embargo, en un momento el sospechoso le pidió si podía ir al kiosco a comprarle unos "caramelos menthoplus".
"Estoy seguro que ahí fue cuando me puso algo en la bebida", aseguró el entrevistado. Es que según su testimonio, al regresar del comercio, él siguió bebiendo de su lata de Dr. Lemon, mientras el hombre tomaba cerveza. Fue ahí cuando la víctima empezó a sentise "cada vez más mareado", recordó. "En un momento me pide que lo acompañe al baño de la estación de la terminal de ómnibus de Merlo", relató. Mientras, él lo esperó afuera del baño precisamente en la dársena 3. "Yo hasta ahí me acuerdo de todo", contó.
Luego, comenzaron a caminar en dirección a la estación de Merlo. "Yo ya estaba re mareado, pero él me insistía que siguiera tomando", relató.
Ese es el último recuerdo que su memoria alojó hasta que se despertó al otro día en su casa con dolor en todo el cuerpo. No tenía el celular y tampoco la plata que había dejado en la mochila. Un remisero fue quien lo trasladó hasta su domicilio alrededor de las once de la noche luego que tres hombres lo llevaran inconsciente a la remisería y le dijeran que lo llevara a la dirección en la que está situada la casa de la víctima, según contó el chofer.
Al otro día el joven se dirigió al Hospital Posadas donde le realizaron análisis cuyos resultados arrojaron que había sido drogado con heroína y clonazepam. Además, se constató que tenia signos de haber sido violentado, y abusado sexualmente de manera que se aplicó el protocolo de profilaxis.
La denuncia por abuso sexual y robo fue realizada en la UFI N°4, aunque ahora pasó a estar en manos de la UFI N°3, a cargo del fiscal Alberto Ferrari, desde donde le adviritieron que el proceso en busca de Justicia sería lento. Es que aunque se habría constatado la identidad del acusado, aún la Justicia no puede actuar debido a que desde la fiscalía sostuvieron que "no son pruebas suficientes".
Sin embargo, en medio de la poca respuesta que recibió de parte del Poder Judicial, y ante la infinidad de trámites burocráticos que debe cumplir para que la causa avance, la víctima destacó el apoyo y la dedicación que recibió de parte de la Organización Nacional Furia Transfeminista la cual está formada por víctimas de violencia y abuso. Es que a partir de investigaciones que llevó adelante el organismo se comprobó que existe otra víctima que denunció un hecho similar el año pasado con el mismo modus operandi.
"Parece una película de terror. Me robaron, me drogaron y abusaron. Pero lo que más me indigna es la Justicia, que es muy lenta. Mientras, el culpable está escondido en su guarida esperando que pase el tiempo, hasta que esto quede en el olvido, y pueda volverlo a hacer", sentenció la víctima.