La atacó una patota de chicas y una le metió un destornillador en la nariz: "Te voy a desfigurar de pies a cabeza"
Micaela Fernández tiene 18 años y el lunes pasado fue brutalmente agredida por unas jovenes en medio de la vía pública de la ciudad bonaerense de Castelar, partido de Morón. La víctima habló con cronica.com.ar y expresó que aunque radicó la denuncia, teme por las represalias que puedan tomar sus atacantes.
Micaela Fernández, tiene 18 años y el lunes pasado, 30 de agosto, comenzó el día con su rutina habitual sin imaginar el infierno con el que se encontraría tan solo unas horas después. Al terminar su turno en la hamburguesería en la que trabaja, se dirigió a la intersección de Blas Pareras y Francisco Luis Bernardez, en la ciudad bonaerense de Castelar, partido de Morón, donde había quedado en reunirse con una amiga. Sin embargo, el encuentro nunca se concretó. Es que durante la espera, la sorprendió escuchar una catarata de insultos en los que resonaba su nombre. Cuando se quiso dar vuelta para ver qué pasaba, en cuestión de segundos ya estaba en el piso en medio de una patota de chicas que la agredían sin parar, relata en diálogo con cronica.com.ar.
"Una de ellas me agarra y la otra me empieza a pegar. La cabeza me explotaba. En un momento una de ellas saca una especie de destornillador, o un cuchillo, no llegue a ver bien lo que era, y me lo mete adentro de la nariz que me empezó a sangrar sin parar", cuenta la joven agredida a este medio.
Tras el ataque Micaela detalla que quedó tirada en el medio de la calle cubierta de sangre y dolorida en cada una de las partes de su cuerpo, pero sobre todo en la cabeza, ya que durante la paliza pegó fuertemente contra el cordón de la vereda. "No podía respirar, no me podía mover, y al día de hoy me cuesta respirar", dice a este medio y expresa que actualmente está con antibióticos porque un estudio médico que se realizó arrojó que tiene parte de sus costillas inflamadas.
Cuando llegó a su casa, apenas su mamá la vio la llevó a hacer la denuncia al destacamento Policial Sur ubicado en Ángel Giannatasio y Williams Morris Castelar, la cual luego será derivada a la fiscalía correspondiente.
De acuerdo a lo que expresa Micaela, en la causa intervendrá el Jugzado de Menores ya que una de las presuntas agresoras, tiene 17 años. Según cuenta la denunciante, la acusada "vive a 10 cuadras de su casa", y los conflictos que mantienen son "de vieja data".
"Me la cruzaba en el centro y me insultaba pero yo seguia de largo. Hasta el momento nunca había hecho denuncia porque pensé que se iba a calmar", dice la joven.
Sin embargo, muy lejos de apaciguarse, las agresiones y el hostigamiento con el tiempo se agravaron. Es que luego del ataque en grupo, la presunta agresora junto a su mamá se habrían presentado en la casa de Micaela, el martes por la noche, donde las amenazaron de muerte.
"Escucho gritos, y que empiezan a tirar piedras a mi casa, y ahí las veo. Me decía que me iba a desfigurar y que me iban a encontrar muerta. Además, su mamá le quiso pegar a la mía y le dijo que no sabía con quienes se estaba metiendo", relata la joven. Ahí mismo llamaron al 911 y asistió un patrullero, que les pidió a las dos mujeres que se retiren.
"No me quisieron tomar la denuncia porque me dijeron que no podía ampliarla. Me dijeron que tenía que esperar que pase a fiscalía la que ya había hecho", expresa la víctima.
Desde ese momento, Micaela vive con pánico de que la vuelvan a lastimar. Según cuenta, la acusada en una de sus últimas historias de Instagram le dedicó un mensaje amenazante. "Te voy a desfigurar de pies a cabeza y desnuda vas a quedar. Hacemos cosas peores como para andar preocupandonos por tus historias que tiras con un poco de sangre", habría escrito.
"Tengo miedo, es una chica que no tiene límites, no va a parar te lo puedo asegurar", afirma Micaela. "Yo la conté de milagro, pero hay más chicas que les pasó lo mismo", dice la joven quien detalla que cuando compartió en redes sociales la publicación en la que "la escrachaba" a su agresora, le llegaron mensajes de otras personas que sostuvieron también haber sido víctimas de su atacante.