Un hombre en Río Gallegos, abusó de tres niñas: dos hijastras y una hija biológica, todas menores de edad. Después de una ardua y larga tarea por hacer escuchar el reclamo de Justicia, la mamá de las niñas, Miriam Morel, logró que su ex pareja y papá de tres de sus cinco hijas, sea condenado a 10 años de prisión por los primeros abusos, y también que fuera sentenciado a otros diez años en el segundo juicio por haber abusado de su hija biológica. Además, la mujer de espíritu resiliente, con todo el dolor por lo vivido decidió darle vida a una fundación para asesorar y acompañar a pades y madres de víctimas de abusos sexuales para concientizar sobre esta problemática que no da tregua.

Desde entonces, el abusador, identificado como Cristian Alejandro Acosta, está detenido en la comisaría séptima dado el "colapso de los penales" de la ciudad. Sin embargo, Miriam destacó que el camino hasta conseguir "algo de Justicia", no fue fácil. 

En 2009 Miriam por primera vez denunció en la comisaría cuarta de Río Gallegos, al papá de sus tres hijas por la violencia de género que él ejercía contra ella, en forma física, psicológica, sexual, y económica. "Me hacía creer que no valía nada, que si no estaba con él no era nadie", expresó Miriam, quien llegó a realizar más de diez denuncias"Me golpeaba, me denigraba como persona", contó.

Con el tiempo, la situación se agravó. En el 2011 Miriam se enteró que su pareja había abusado de sus dos hijas mayores de 13 y 9 años, fruto de una relación anterior. Fue durante una reunión en el Juzgado por las denuncias de violencia de género que Mirian había realizado, que sus dos hijas mayores contaron las aberraciones a las que su padrastro las había sometido en reiteradas oportunidades mientras Miriam trabajaba y no estaba en la casa. "A la mayor la había obligado a tener sexo oral", expresó. Sin embargo, pese a estar denunciado, el hombre no se fue de la vivienda que compartía con Miriam, y sus cinco hijas. 

"En el 2013 hubo un hecho de violencia de género grave, me desfiguró la cara a golpes, me quiso ahorcar pero mi hija de cinco años empezó a gritar. Ahí hice un clic y dije que no era eso lo que quería", contó Miriam.

En ese marco, su hija mayor le confió que los abusos sexuales a los que la sometía su padrastro, continuaron durante ese período pese a que lo habían denunciado. Y por miedo ella había decidido callar. "Se le metía en el baño, la toqueteaba, la chuponeaba, lo hacía que le haga masajes", puntualizó la mamá de las niñas abusadas. Hasta ese momento, el acusado nunca estuvo detenido.  

No obstante, durante el 2019 mientras Miriam esperaba fecha de juicio, la mayor de las tres hijas biológicas que tenía con el acusado, por una orden del juez se fue a vivir con el hombre, que no sólo la maltrató, sino que también la abusó. Los hechos aberrantes salieron a la luz gracias al trabajo de la psicopedagoga de la escuela que alertó los cambios de actitudes en la menor que en ese entonces tenía 13 años. "Iba golpeada y llegaba tarde".

El 24 de diciembre de 2019, la menor entre lágimas le contó a su mamá que su padre "se le metía en la cama", y "la usaba de mujer". En reiteradas oportunidades Miriam quiso hacer justicia por mano propia contra el abusador, pero su abogada la frenó a tiempo.

"Quería salir con el auto a matar a ese hombre, pero mi abogada me dijo que no, que me quede tranquila, que íbamos a hacer las cosas bien. Y yo le pregunté de qué me estaba hablando, porque él había abusado de mis dos hijas y por estar suelto, esperando el juicio, abusó de mi otra hija", señaló.

El hombre fue detenido y se dictó prisión preventiva, hasta que se realizó el primer juicio por abuso sexual altamente ultrajante agravado por la convivencia preexistente, por el que fue abusado a diez años.

Asimismo, el pasado 15 de septiembre fue condenado a 10 años más en un juicio abreviado por abuso sexual altamente ultrajante agravado por el vínculo contra su hija biológica, en el que el acusado aceptó haber cometido el delito por el que era juzgado.

"Yo todavía no me puedo sacar de la cabeza que si la justicia hubiera puesto fecha de juicio en tiempo y forma, él no hubiera abusado de mi otra hija", sostuvo la entrevistada a este medio. 

"Que mi verdad sea escuchada, basta de Abuso Sexual en la Infancia (ASI)"

Luego de todo lo vivido, Miriam Morel le dio vida a la fundación "Que mi verdad sea escuchada, basta de ASI", de la que es presidenta, y de la que forman parte otras trece mamás de niños y niñas que fueron abusados. 

El objetivo del organismo es ayudar, contener y acompañar a las víctimas y familias de Abuso Sexual en la Infancia

"Es importante concientizar sobre esta problemática", concluyó.

Crónica Policiales: todas las noticias de hoy