La psicofonía del demonio, un audio con misteriosos secretos
CRÓNICA FENÓMENOS PARANORMALES Uno de los casos más sorprendentes que registra la historia del fenómeno paranormal ocurrió en Madrid, en 1985, y aún sigue sin ser desentrañado. Escucha el terrorífico sonido.
Por Jorge Fernández Gentile
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Germán de Argumosa y Valdés (Torrelavega, 1921 - Madrid, 2007) fue un investigador español de todo lo referido a la paranormalidad, además de un notable profesor, escritor y hombre de la cultura. Serio, muy formal y reconocido, en noviembre de 1985 grabó lo que se ha llamado la Psicofonía del Infierno. Ese audio, efectuado con la presencia de varios testigos en una casona de las afueras de Madrid, fue emitido una sola vez en su totalidad, dado que el autor considera tan grave y peligroso, que en aquella única oportunidad dio permiso para emitirlo. ¿Qué dice el tremendo documento? Aunque parezca increíble, voces del más allá, en sonidos de ultratumba, hablan de torturas múltiples y anticipan la muerte de uno de los presentes en la noche de la investigación. Hecho que se concretaría apenas tiempo después, mientras el destino final de la grabación es un misterio cerrado bajo llaves.
Esta es la historia
La Psicofonía del Infierno es la prueba más tangible de que entidades que habitan en otros planos pueden actuar sobre nosotros de forma negativa. Es una grabación en un ambiente solitario, de unos diez minutos de duración, grabada a mediados de noviembre de 1985. Varios fragmentos de dicha parafonía han sido emitidos por años. Sin embargo, la psicofonía completa solamente una vez fue emitida en el programa “La Otra Frontera”, que se transmitió por Radio Fortaleza (La Uva, Madrid, una radio de las denominadas de baja frecuencia), con la presencia en los estudios de Germán de Argumosa.
Ese atardecer, el investigador fue entrevistado y explicó diferentes pormenores de cómo obtuvo la psicofonía, aunque siempre salvaguardando ciertos detalles relacionados, dado que nunca dio a conocer el sitio exacto donde se grabó y quiénes fueron los diversos testigos -la cifra varió entre 9 y 13 personas- que habrían acompañado al profesor, que nunca confirmó quiénes estaban junto a él.
Qué relató
En aquella oportunidad, De Argumosa explicó que dicha parafonía fue grabada en la biblioteca de un chalet de dos plantas de un barrio privado a las afueras de la capital española, propiedad de unos amigos del profesor, con los que se reunía asíduamente, junto a varios intelectuales de alto nivel social y cultural, para compartir cenas y mantener diferentes tertulias sobre los más diversos temas, como religión, política, ciencia y diferentes misterios.
Los dueños de casa le solicitaron a De Argumosa un estudio sobre ciertas actividades no explicadas en la biblioteca donde se reunían, como que tres testigos no se sintieron bien allí, sin explicación alguna. Por eso el investigador propuso efectuar una experiencia psicofónica con un grabador de alta resolución para entonces.
La investigación
Con un número no preciso de testigos, todos conocidos entre sí, incluidos los dueños del chalet, iban a participar de la experiencia, De Argumosa lideró el acto que se concretó alrededor de las tres de la madrugada. Utilizó una cinta virgen, de su propiedad y él mismo la introdujo en el carrete, y fijó el tiempo de grabación en aproximadamente unos diez minutos. Una de las asistentes fue la encargada de hacer la introducción, pidiendo la manifestación de las voces psicofónicas en la cinta. Una vez encendido el grabador, los presentes se retiraron al piso superior, en donde aguardaron en silencio para desentrañar si algo se grababa en aquella cinta.
Sorpresa y horror
Pasado el tiempo estipulado, y con De Argumosa al frente, decidieron bajar a la biblioteca, que estaba a oscuras. Fue entonces que, en silencio, escucharon la grabación que, aún con sonidos poco claros y la habitual fritura que podría escucharse en una grabación del silencio mismo, deja mensajes satánicos y de otros muchos sentidos, que aterran.
Los fragmentos que han sido escuchados muestran una coral de sonidos muy estridentes, a veces vacíos, golpes o choques metálicos, campanazos. Pero también se escuchan sonidos que dan la impresión de que se están estirando cuerdas en los llamados potros de tortura. Asimismo, los diversos sonidos extraños se asocian a la matanza de cerdos y a ruidos propios de una estación de tren, todo mezclado y amplificado al escuchar con nitidez potenciales latigazos o golpes con algún tipo de vara. Y lo que resulta más sorprendente: Con relativa continuidad se pueden escuchar llantos, gemidos, lamentos, gritos, quejas de dolor y voces. Estas marcan claramente en varios casos palabras inteligibles que profieren continuos insultos. Dichas amenazas se acentúan cuando por tres veces se puede escuchar nitidamente la frase “te mataré”. En el mensaje, la presencia implícita del demonio, o de una entidad con fines maléficos, parece indudable.
Decisión personal
Visiblemente impresionados, y luego de escuchar la psicofonía en un sepulcral silencio, el grupo mostró rostros de terror y miedo generalizado, antes de retirarse de la vivienda con signos de enorme preocupación.
Según explicó De Argumosa en aquella nota realizada en la emisora madrileña, la parafonía en total resulta impresionante, tan terrible que después de aquella primera emisión, decidió no volver a emitirla de forma completa, a excepción de un fragmento de alrededor de cincuenta segundos que pensó que era de todo el conjunto de diez minutos, el menos impresionante o impactante para el oyente, advirtiendo siempre sobre la posibilidad de que personas hipersensibles que pudiesen escuchar el total de la parafonía, resultasen dañadas psicológicamente por ella.
¿Muerte anunciada?
Lo más notable se produciría tiempo después, dado que, como bien relató De Argumosa en varias oportunidades antes de su fallecimiento en 2007, en dicha parafonía hay diversos contenidos proféticos por medio de desagradables voces, tanto masculinas como femeninas, y referencia directa hacia un diplomático chileno de nombre Juan, al que se le amenaza de muerte directamente y el cual falleció unos tres meses después de la grabación, debido a un paro cardíaco producido por causas no aclaradas, pero que quedan explicitadas en la grabación. Hasta la fecha, y debido a los pocos datos aportados, no se ha podido identificar a dicho diplomático ni obtener más datos sobre su persona.
Segundo intento
Cabe aclarar que, más allá de la Psicofonía del Infierno, que dura aproximadamente 10 minutos (12 si se contabiliza la introducción y la entrada y salida de los presentes en el chalet), días después se efectuó en el mismo lugar una segunda grabación de veinte minutos de duración, sobre la cual ha trascendido muy poco, casi nada, aunque De Argumosa la calificó en su entrevista radial en La Otra Frontera como “aún más interesante”.
Dudas y certezas
De Argumosa fue un notable y muy serio investigador. Aun así, ¿pudo ser víctima quizá de algún tipo de broma, entre quienes estuvieron en el lugar? Considerando los tiempos que corrían y las posibilidades técnicas parece demasiado complicado, pero no debería descartarse, aunque es una hipótesis más, igual que otras que deberían ser analizadas. Porque si todo es absolutamente real -como lo considera quien escribe estas líneas-, se está ante un fenómeno paranormal y la psicofonía más importante de la historia. ¿Fue el mismísimo demonio quien vocifera de forma profética, durante la grabación, la posterior muerte del supuesto diplomático chileno?.
Hay quienes consideran que, dada la trascendencia de lo grabado, De Argumosa prefirió hacer “cambios” en la nacionalidad y el rango de ese diplomático, para así preservar la identidad y porque, entre sus más intimos, el investigador también se asustó más de lo habitual, considerando su experiencia. Cabe señalar que la mayoría de las parafonías son solamente palabras sueltas, ruidos de pocos segundos, por lo que diez minutos hacen de esta grabación algo extraordinario pero a la vez y de forma inevitable, también con un tinte sospechoso.
Qué pasó con las cintas
Ha habido muchas personas, entre investigadores, científicos y periodistas, que han afirmado tener la psicofonía, lo que por el momento no es verdad. Tampoco aparece la grabación completa en todo Internet. Es que solamente los herederos del inmenso legado de Germán de Argumosa y Valdés la tienen y por ahora no se ha hecho pública. Y no parece que esto vaya a cambiar, al menos en un futuro próximo. Los integrantes de La Otra Frontera evidentemente sí deben de poseer la grabación del programa en donde se emite la parafonía, pero tampoco tienen la grabación original, ya que la psicofonía fue emitida íntegramente desde un magnetófono propiedad de De Argumosa pegado a un micrófono del estudio, por lo que calidad de sonido tampoco será la óptima para analizar.
El que ellos no emitan dicha grabación se debe a que se cumple así la voluntad del propio investigador de no volver a radiar dicha grabación. En la actualidad, ninguna de las otras personas que asistieron esa noche a la sesión psicofónica ha salido a la luz para aportar más datos sobre dicha parafonía.
Conclusión
Contada toda la investigación, la Psicofonía del Infierno sigue siendo en la actualidad un misterio en muchos aspectos, y más allá de su verosimilitud o no, queda muy en claro que nadie queda indiferente al escuchar los fragmentos que han salido a la luz desde su concreción. Y, probablemente, esa valiosa grabación duerma sus días en un sitio oculto, guardando un secreto que, se espera, algún día salga a la luz.
De qué se trata el fenómeno
Las psicofonías, parafonías o fenómenos de voz electrónica (EVP) son sonidos de origen electrónico que quedan registrados en distintos tipos de grabadoras de audio y son interpretados con hipótesis muy diversas. Etimológicamente, el término psicofonía está compuesto de las partículas “psique” y “fonos”, haciendo referencia a un sonido producido por energía psíquica. Algunos investigadores prefieren llamar al fenómeno de las psicofonías como fenómeno de voz electrónica o parafonía, término acuñado por el divulgador Germán De Argumosa, ya que no prejuzga la causa del fenómeno, que por entonces en el ámbito académico parapsicológico se pensaba que era sólo el producto de la mente inconsciente o subconsciente de las personas. Para quienes tratan el fenómeno paranormal, dichos registros aparecen como voces de todo tipo que enuncian contenidos significativos, presentando una morfología característica en cuanto a su timbre, tono, velocidad y modulación.
Su aspecto de mayor interés radica en el hecho de que, según sus estudiosos, en ocasiones estas "voces psicofónicas" han respondido a preguntas de los operadores, llegando a producirse diálogo con estos. Asimismo, se han obtenido sonidos de animales, ruidos de forma e intensidad muy diversa y también sonidos musicales. Estos registros suelen ser explicados racionalmente como resultado de pareidolia, apofenia (encontrar significados en hechos insignificantes), pero no exentos de fraudes de cualquier tipo.
Sin trucos a la vista
Muchos investigadores de lo paranormal, pero también muchos escépticos, tras evaluar lo que se escuchó en el programa La Otra Frontera pensaron que la parafonía podría ser producto de un truco, teniendo explicación racional. En este punto tenemos que destacar las dificultades de realización de este tipo de trucaje en la década de los 80, cuando los medios tecnológicos para hacer algo así eran muy limitados y más al tratarse de grabaciones analógicas y en cinta magnética.
La mayoría de las personas que conocieron personalmente a De Argumosa o que han profundizado en su labor dudan que haya vivido un error de interpretación. Algo que le sucedió cuando confundió el sonido de un ascensor con una parafonía real en un caso del Poltergeist de Vallecas. Lo que no debe invalidar sus conocimientos y que, en este otro caso, lo grabado haya sido real.