La vitamina C es un compuesto necesario para el funcionamiento del organismo, dado que contribuye con diversas funciones del sistema inmunológico, la absorción del hierro y la cicatrización, entre otros beneficios. Como el cuerpo no la produce naturalmente, se hace fundamental incorporarla a través de los alimentos. Sin embargo, no todos los niños consumen la cantidad diaria recomendada de este nutriente.

En opinión de la dra. Mariela Biscaysaqu (M.N. 103.617), médica pediatra, "es muy frecuente que los padres consulten porque alrededor de los dos años, los niños empiezan a rechazar las frutas y verduras que quizás antes consumían: separan los verdes del plato, no quieren frutas de colores o se niegan a comer brócoli, por ejemplo. Esta situación suele preocupar a los padres, que saben que sus hijos no están recibiendo todos los nutrientes que necesitan, como la vitamina C u otros componentes".

La vitamina C se encuentra en algunas verduras, como el brócoli y la espinaca, y frutas cítricas como la mandarina, la naranja, el pomelo, el limón y el kiwi. No obstante, puede resultar difícil que los chicos quieran ingerir estos alimentos.

En los vegetales, las legumbres o en los frutos secos, entre otros productos comestibles de diferentes raíces, la vitamina C realiza una modificación al hierro que contienen permitiendo que sea más fácil absorberlo y ponerlo a disposición de funciones claves como el transporte de oxígeno a las células y la formación del tejido neuronal.

"Para aquellos niños que no consumen tantas frutas y verduras, una leche fortificada puede ser un buen complemento que ayude a alcanzar el requerimiento diario. Sí es importante remarcar que los padres deben seguir insistiendo con una alimentación saludable, fomentando el consumo de frutas y verduras", sostuvo Biscaysaqu.

Existen en el mercado nacional leches fortificadas con vitamina C que pueden ser útiles para asegurarse que los niños alcancen el requerimiento diario de este nutriente, además de aportarles proteínas, calcio, hierro y otros minerales y vitaminas. Con un solo vaso por día, cubren hasta el 80% de la recomendación diaria de vitamina C.

Indispensable

La vitamina C es fundamental en el funcionamiento de los millones de células que componen el cuerpo humano, tanto por sí misma como asistiendo a otras sustancias y células a cumplir su función. De allí, la importancia de su consumo diario en cantidades adecuadas.

Asimismo, puede impedir o retardar la oxidación de determinadas moléculas y así evitar la liberación de sustancias dañinas para el cuerpo (llamadas radicales libres), las cuales reaccionan químicamente en las células alterando la estabilidad y funcionalidad del organismo.

Por otra parte, participa en la síntesis de colágeno, que contribuye en el proceso de cicatrización de los tejidos y en la reparación de la piel de los daños de los rayos solares. Asiste también al sistema inmunitario al contribuir con las funciones de los glóbulos blancos y facilita la absorción de hierro a nivel intestinal, aspecto crítico en la etapa de crecimiento de los más chicos. Incorporarla en la dieta diaria no solo actúa beneficiando múltiples factores del organismo, sino que además tiene un efecto vital en el desarrollo de los niños, especialmente en los primeros años de vida.