Así es el protocolo para acompañar a los pacientes terminales con coronavirus
Crónica Salud El hospital provincial Rodolfo Rossi de La Plata fue pionero en crear un servicio de Cuidados Paliativos. Ahora, en medio de la crisis, estableció una serie de medidas para que el tránsito de la enfermedad no sea en soledad.
Una de las consecuencias de la pandemia es la soledad en la que se encuentran sus víctimas durante la internación y, eventualmente, en el proceso de muerte. Por el riesgo de contagio, todo se atraviesa sin ningún rostro querido cerca, ni una mano que los pueda acariciar. Sin embargo, en el hospital provincial Rodolfo Rossi de La Plata, idearon un protocolo específico de cuidados paliativos que permite que un familiar pueda ser el sostén anímico durante la internación.
Si bien en todos los hospitales hay profesionales de la salud que asisten a los pacientes críticos hasta el momento mismo de la muerte, el Rossi ideó un protocolo específico para incorporar a la familia. Y no es casual que haya ocurrido allí: se trata del primer hospital bonaerense en crear un servicio de Cuidados Paliativos, en diciembre de 2001.
Desde 2003, la médica Cecilia Jaschek, actual directora ejecutiva de ese nosocomio, trabajó en esa unidad pionera en este tipo de cuidados dirigida a personas con enfermedades incurables y avanzadas.
El servicio está constituido por un equipo de salud interdisciplinario que brinda asistencia domiciliaria y en el hospital tanto al paciente como al grupo familiar, y lo que la caracteriza es que contempla las dimensiones físicas, psíquicas, espirituales y sociales del ser humano.
En la actual coyuntura, los pacientes más graves de coronavirus permanecen días aislados, muchos de ellos intubados en terapia intensiva solo a cargo de personal sanitario. Los enfermos de COVID-19 no pueden recibir visitas y en la mayoría de los casos sus familiares, por ser contacto estrecho, cumplen aislamiento en sus casas y reciben los partes médicos por teléfono.
"A partir de la experiencia y el conocimiento del equipo de paliativos empezamos a pensar que la enfermedad y la muerte por COVID-19 es muy solitaria, y que eso impacta tremendamente en el paciente y en el proceso de duelo de toda la familia", explicó Jaschek al explicar qué los impulsó a la creación del primer protocolo específico para estos casos.
Como parte de ese protocolo "el equipo de salud entrena con tutoriales a cada familiar que va a acompañar para que sepa cómo colocarse y quitarse el equipo de protección personal sin riesgo de contagio". Agregó que, si bien no es posible abrazar ni besar al paciente con COVID-19, "hablar sí se puede y la palabra es clave para llenar de afecto a la persona durante el tránsito de la enfermedad y en los momentos finales".
"El familiar puede permanecer el tiempo que quiera bajo las normas que indica el protocolo pero, por prevención, si decide volver a su casa debe permanecer allí durante catorce días en aislamiento preventivo, no obstante, puede reemplazarlo otro familiar bajo las mismas condiciones", precisó Jaschek.
Para la especialista, después de tanto tiempo de pandemia, se hace necesario "repensar estas cuestiones y evitar que tanto la internación como el final de la vida sea un proceso solitario y desolador tanto para el paciente como para los familiares".
En el Rossi también implementaron un sistema de llamados telefónicos diarios para dar el parte a familiares y un dispositivo de asistencia en salud mental tanto para el enfermo como para los seres queridos que lo necesiten.
"El protocolo está escrito con todo detalle y a disposición de todos los equipos de salud que quieran implementarlo para, finalmente, brindar una atención que contemple, además de los cuidados físicos, aspectos tan importantes para el paciente y sus seres queridos como la salud mental y espiritual", concluyó Jaschek.