Desde hace unos años y con la migración venezolana a nuestro país, varias de sus costumbres se instalaron aquí y ganaron relevancia entre la población, como por ejemplo la comida y la bebida provenientes de dicha nación caribeña. Un grupo de jóvenes decidieron ir adelante con un proyecto y ahora es furor por medio de la malta, una popular bebida gaseosa venezolana que suele consumirse en el desayuno y la merienda, llegó a la provincia de Buenos Aires en plena pandemia del Covid-19 bajo el sello Malta +58 CCS.

De esta manera, Elimar Coll y Alejandro Álvarez, dos ciudadanos de Venezuela que viven en Argentina desde hace siete años, la fabricaron. La escasa presencia del producto en los comercios argentinos y su elevado precio, ya que es importado, impulsaron todavía más sus ganas de emprender en el negocio para comercializarla.

Asimismo, surgió a finales del año pasado, cuando la industria de la cerveza comenzó a reactivarse. Entonces, Alejandro le presentó el proyecto al dueño de la fábrica donde trabaja, quien, entusiasmado con la idea, resolvió fabricar unas 2.000 latas para ponerlas en el mercado, y fue tanto el éxito que decidieron ir por mucho más.

Malta: el fin justifica los medios

Luego de meses de prueba, consiguieron el sabor de la malta que los transportaba a su infancia, a sus hogares, a sus raíces en Venezuela. “Siempre buscamos conectar a los venezolanos con su lugar, con el sitio que los vio nacer, eso es lo que buscamos con esta malta. El nombre es un tributo a la ciudad capital ”, coinciden en señalar Elimar y Alejandro a la Voz de América.

De inmediato, las latas de  Malta +58 CCS llegaron a los comercios de Buenos Aires y, con ello, las ventas de esta popular bebida venezolana que aseguran que no paran de crecer.