Francisco Mariano Ibáñez fue uno de los participantes más recordados de Cuestión de Peso. Su paso por la televisión acrecentó su obsesión de parecerse a Ricky Martin. Con 30 cirugías a cuestas, Fran Mariano no solo bajó 90 kilos en poco tiempo, sino que también se operó ciertas partes de su cuerpo en homenaje a famosos nacionales e internacionales que le gustaban.

Su carrera en los medios comenzó poco antes de ir al programa de Andrea Politti. Fran Mariano apareció en ShowMatch al defender en reiteradas oportunidades a Graciela Alfano de sus peleas mediáticas con Moria Casán. Quien saltó ese día tras los gritos de Fran en la tribuna del ciclo de Marcelo Tinelli fue Aníbal Pachano. "¡Andá a Cuestión de Peso!", le gritó el bailarín y director teatral.

Fran Mariano antes de ingresar a Cuestión de Peso.

A partir de allí, Fran no volvió a engordar más, participó del programa, del cual ingresó con 127 kilos, tras pesar más de 200. Luego de terminar con el ciclo, la lluvia de cirugías había llegado. El ex participante ya cuenta con casi 30 operaciones en todo el cuerpo. Todas hechas con el objetivo de imitar las partes que más le fascinan de algunos famosos.

"Soy el Frankenstein de los Famosos", bromeó Fran Mariano en una entrevista y también explicó al respecto: "Les vi las cejas gruesas y tupidas a Dua Lipa y Cara Delevigne y me las tatué para que parezca que tengo más pelo. También me gustó la cola que tiene el productor de moda Mariano Caprarola y fui a operarme. De cada famoso tengo algo".

"Tengo todo operado, el mentón, la nariz, los párpados, el cuello, los pómulos, la frente, los labios, tengo rellenos y botox y sin embargo soy una persona sana, que se ama, se acepta, se cuida y se prioriza", celebró, sincerándose.

Fran se operó la nariz por primera vez en el 2014. Lejos de sentirse "espectacular" cuando adelgazó 90 kilos por aquellos, confesó haberse dado cuenta de que lo que había quedado de su cuerpo "no era lo que había soñado", ya que, si bien estaba delgado, todavía consideraba que su cara no le gustaba y que eso le pasaba también con cuerpo.

La increíble transformación de Fran Mariano.

En un primer encuentro con su cirujano, Fran le dijo al doctor: “¡Quiero parecerme!”. En su mano llevaba una foto de Ricky Martin. En ese sentido, el especialista plástico hizo lo suyo y le dejó el mentón, la mandíbula y la nariz como la del cantante de "La Mordidita".

Así, cada vez más parecido al puertorriqueño, el ex participante de Cuestión de Peso contó que se inmiscuyó "en el mundo gay donde hay un punto límite entre compararte y no hacerlo".

Además, confesó que, tras las cirugías, los chicos en los boliches se le acercaban con mayor frecuencia, por lo que hoy en día puede contar que estuvo con varios hombres, con los cuales nunca se hubiera imaginado estar.

Las operaciones próximas a las que se sometió este joven fueron en los pómulos, los párpados, el cuello, los glúteos y las cejas. También se sometió a varias liposucciones y aplicaciones de botox.

“Después de la cirugía número 24 me olvidé lo que me hice, pero sigo haciéndome cosas y ahora estoy en plan de renovarme todos los dientes porque me encantan los de Luciana Salazar”, sostuvo sobre su impulso de imitar aquel pedacito de cuerpo de los famosos que más le gustan.

Ahora, Fran es coach ontológico, especializado en neurociencias. Brinda sesiones online y receta su guía para “desarrollar lo mejor que tenés”, para “ir por el camino correcto”, ya que conoce de primera mano lo que es padecer una enfermedad, como es la obesidad, por la que tantas veces fue discriminado.

El maltrato de su padre, la discriminación por ser homosexual y su obesidad 

 

Más allá de las cirugías estéticas, su alegría por haber bajado de peso y haber logrado una brutal transformación, Fran Mariano quedó muy dolido por las la violencia que recibió de su padre.

En su paso por Crónica HD, charló con Gastón Pauls: “En primer lugar siento que de lo que no se habla no existe, y lo que no existe se margina. Hay algunas cuestiones como este tema del trastorno dismórfico, o también de la obesidad que todavía no se hablan como se deberían hablar. Como sobreviviente, una persona que sigue adelante carga estas cosas, porque uno, como adicto a lo que sea, nunca te curás, te recuperarás y seguir tu vida”, contó.

En ese sentido consideró que las cirugías son adicciones para él y que “no las podía controlar”. “Cuando me empecé a operar sabía que me estaba yendo de mambo y que habían cosa que no eran sanas para mí. “Me inyectaron silicona líquida en los labios. Creo que, en algún momento de tu vida, se desarrolla la adicción y después se va empinando. uno puede ser adicto a la vida saludable o adicto a las guerras, pero la adicción en algún punto las llevás”, agregó.

“Cuando tenía 12 años, recuerdo la primera vez que mi vieja me llevó al médico y la doctora escribió en el papel ‘diagnóstico: obesidad’. Me acuerdo perfecto porque fue un hito. Yo no sabía lo que era una etiqueta. A mí me cargaban, pero cuando sos chicos no tomás dimensión de que sos eso. En ese papel decía ‘obesidad. Consultar con nutricionista’. Ahí empezó la lucha”, sostuvo el mediático.

Además, continúo su relato con lo difícil que fue afrontar ese diagnóstico médico: pasó un año sin que saliera de mi cuarto. En el fondo era un gran temor a que la gente me vea, hacía fuerza para que el día termine rápido. No tenía idea lo que era la sexualidad. Imaginaba que del otro lado de la puerta estaba en Nueva York, que había edificios, que era una ciudad, pero no la cruzaba, estaba todo el día mirando televisión, comiendo y comiendo”, continuó.

Fran Mariano en el programa "Seres Libres" con Gastón Pauls.

Fran Mariano indicó que la obesidad llegó a ser una “defensa” contra la violencia que ejercía su padre sobre él y reveló que tiene “cicatrices en el cuerpo por los golpes que recibía”.

“Yo siempre fui gay desde chico y eso fue su mayor tortura. No me voy a olvidar nunca un día que me encontró, estaba peinando a mi hermana, y agarró una plancha de ropa y me la partió en la cabeza”, dijo.

Con respecto a su obesidad y su miedo a su padre y a los hombres en general afirmó: “Yo comía porque sentía que el día que mi papá me quisiera matar con un cuchillo, no me iba a tocar nada porque la grasa iba a frenar eso, no me iba a poder matar. Creo que empecé a comer y hacerme el pez globo. Eso fue, eso está todavía. Nunca tuve una pareja, porque me pasa que los hombres me gustan, pero les tengo miedo. Comía literalmente hasta que sentía la comida hasta el cuello y ahí es cuando uno se da cuenta que es adicto, porque no podés controlarte”.