Participó en "Expedición Robinson", pero se dejó ganar en un final "épico" y perdió 100 mil dólares: ¿Qué es de la vida de Picky Paino?
La actriz protagonizó una escena insólita, que hasta el día de hoy es recordada por los televidentes, cuando dejó ganar a otro participante en el programa de supervivencia que conducía Julian Weich en el 2000. Concé cómo está ahora y qué dijo sobre ese momento televisivo.
A 22 años Expedición Robinson, uno de los realities show más vistos de Argentina, la mítica participante Emilia Picky Paino se mantiene como si no hubiese pasado el tiempo. Pese a que en ese programa de supervivencia perdió 9 kilos, las personas la siguen reconociendo en la calle. "Sé qué te conozco de algún lado, como de toda la vida", le dicen aquellos que si bien no saben con certeza quién es Picky, su rostro aún provoca esa sensación de reconocimiento.
"Mi hija Vera tiene 16 años y ella llegó un par de años después de Robinson. Hoy, ya adolescente, pasa que me mira y me dice: '¿Qué es lo que te pasa que la gente te para o se quiere sacar fotos con vos? ¿Sos famosa?' (risas). Y yo le digo: 'No, hija, no soy famosa'. “¿Pero cómo puede ser?'", contó Picky en una entrevista con Teleshow.
Finalmente, la ex participante del reality le confesó a su hija que había participado de ese programa conducido por Julian Weich: "Me acuerdo que un día estábamos por el Obelisco, me pararon y ella me pregunta: ¿Por qué la gente te quiere tanto?” (risas). Entonces ahí le cuento. Un día le mostré el video y ella no lo podía creer".
¿Por qué decidió sumarse a al reality Expedición Robinson?
Sobre el momento en que fue convocada para participar del show, Paino contó que estaba cursando en el Conservatorio Nacional y que a causa del programa no pudo hacer la residencia. "Ya había hecho televisión, había estado en Verano del 98, en Canal 9, y en otros programas. Había hecho cositas y teatro off había hecho un montón. De hecho volví de la isla no queriéndome subir a una ola mediática, como se esperaba por ahí que pasara, que usara Expedición Robinson de trampolín para la carrera".
Decidida a tomar el camino contrario, Paino eligió "el camino contrario" a la fama. "Dije 'no, esto no va a ser el trampolín, no quiero que esto se relacione con mi carrera porque no tiene nada que ver, yo fui como persona y no como actriz a este lugar", contó en la entrevista.
Entre las razones por las cuales Picky decidió entrar a Expedición Robinson, la actriz contó que era porque "necesitaba ver quién era afuera" de su círculo familiar. "Nosotros como familia somos muy clan, operamos como una sola cabeza en un punto. Somos tres hermanos varones y yo. Además nací y crecí y sigo viviendo en San Fernando, entonces todavía hoy camino por las calles por donde caminaba o aprendí a andar en bicicleta y no me quiero ir, me parece que es el lugar más hermoso del mundo. Pero la idea en ese momento era un poco salir de esa cajita de cristal en donde tenían puesta a “la Picky” que es chiquitita, que tiene sus tres hermanos que la cuidan, su papá que la cuida, su mamá que la cuida", admitió.
Para dar énfasis a su argumento, la mujer que ya tiene 41 años, explicó que en ese momento "necesitaba ver quién era sola". Asimismo, agregó: "De hecho, firmé contrato sin decirles nada (a sus papás). Cuando llegué a casa, me preguntaron cómo había sido la reunión y ahí les conté que ya había firmado. '¡Estás loca!', me decían (risas)".
Su experiencia en la isla panameña en la que se grabó el programa
Cuando le preguntaron cómo había sido el contacto con la gente que se encontró allá, después siempre haber estado en "cajita de cristal", por la protección que le brindaban sus papás y sus hermanos, la actriz consideró que "no fue tan grave como había pensado que podía llegar a ser" y agregó que en realidad no recuerda hoy haber tenido "un miedo con respecto a las personas en sí que iba a conocer".
Si bien admitió que algunos momentos de la experiencia le "dieron miedo", remarcó que la verdad es que no tomó "conciencia hasta que estaba ahí". "La noche previa a ir a la isla dormimos en un hotel en Panamá y nos dijeron: 'Pidan su última comida antes de viajar'. Y ahí me preguntaba qué hacía encerrada en ese cuarto de hotel, qué estaba haciendo en Panamá (risas)", dijo.
Tras pasar muchos días de hambre, desesperación y la sensación de "no poder hilar una frase" por el cansancio agotador que exigía esa prueba de resistencia extrema que era el reality show, Picky dejó ganar a su compañero Adrián, que pasó a la final del programa. El ganador fue elegido por una suerte de reunión de todos los participantes. Sebastián fue quien se llevó el premio de 100 mil dólares.
El momento más duro del reality y por qué decidió dejarse ganar
En su peor momento en el reality contó que, al ver las grabaciones, recuerda agarrarse la cabeza y pensar: "¿Qué hago? ¿Qué hago? Dios, me quiero ir. Entonces es: freno, paro, lo dejo, no lo dejo. En el medio pienso “me quiero ir a mi casa, no quiero estar en este lugar”. Previo a ese juego tuve una charla con Adri. Conociéndolo a él después de tantas semanas, sabía que él tenía esa convicción de 'yo quiero llegar, yo acá vine por la plata, vine acá a llegar a la última instancia'".
Sin embargo, ella le decía todo lo contrario: “Yo no vine por la plata. Obviamente estaría buenísimo, ¿quién no quiere? Pero vine por otra cosa, vine por la experiencia, vine a aprender cosas de mí”.
"En ese intercambio de ideas durante el tiempo que estuvimos ahí cada uno siempre defendió su postura. En ese momento y, creo que hasta la noche previa, Adrián me decía: “Yo quiero ganar y, ¿qué vamos a hacer?”. Y yo le decía: "Adri, no vamos a hacer nada, mirá tu cuerpo y mirá el mío, me llevás una cabeza y media de alto, dos cuerpos de ancho. Si el juego es físico me vas a ganar. Si es algo de ingenio, claramente también. No hay chances de que no me ganes, quedate tranquilo que vas a llegar, está todo bien", contó sobre el día de la prueba para pasar a la final.
Al momento del desafío, todo lo que había pensado Picky cambió por completo. Con respecto a ese momento crítico, dijo: "Cuando estuvimos ahí, ya en el juego, y todo empezó a demostrar lo contrario de lo que habíamos hablado, yo empecé a tener una batalla conmigo, no con Adrián. La batalla era interna. Físicamente me había dado cuenta de que podía ganar y estratégicamente también. Entonces la batalla dejó de ser con él y empezó a ser con mis convicciones, con ser consecuente, con mis palabras y con mis ideas. Fue decir 'esta persona me viene diciendo desde que lo conozco que quiere ganar, que quiere llegar hasta el final y yo que vine a otra cosa'. Entonces fue ahí, una prueba para mí. Era preguntarme ¿quién sos? ¿qué querés? ¿te gustaría llegar al final o no? Sí, me gustaría. Pero: ¿es a lo que viniste? No. ¿Le estás ganando Sí. ¿Entonces, qué hacés? Así decidí lo que decidí, que fue hacer lo que hice. ¿Lo haría de nuevo? Sí, creo que lo hago un montón de veces al día, en distintas situaciones de mi vida. Siento que es algo muy de mi clan también, de mi papá, de mis hermanos. Es algo que yo lo veo en gestos cotidianos todo el tiempo, míos y de los míos. Entonces, creo que sí, lo recontra volvería a hacer".
Tras haber participado de Expedición Robinson, Picky contó que continuó su carrera como actriz. En un primer momento, trabajó en producciones en Pol-ka. Sin embargo, contó que no se llevó bien con las reglas de juego de la televisión. Cuando rechazó ir al programa de Mirtha Legrand se dio cuenta de que "cuando uno no se expone en la televisión, a la televisión no le divierte mucho, no le servís, como contenido sos poco productiva".
"No lo digo despectivamente, es como son las reglas del juego: si vos jugás, jugás, si no, no. Yo no me sentía cómoda jugando a eso. Hasta el día de hoy, cuando tengo que hacer algo en televisión me estrujo, no sé cómo resolver. Y un poco esas decisiones me fueron también marcando los límites", reflexionó.
Su pasión es el teatro
Picky se dedica ahora al teatro, más a las producciones de televisión. Con respecto a su primera audición en el Teatro San Martín para Jorge Lavelli, la actriz destacó que estuvo dentro de un "obrón". "Después nos fuimos a España, giramos allá con una de las mejores actrices que hay para mí en el planeta, que es Blanca Portillo. Y ahí seguí haciendo teatro y aprendiendo con actorazos y directores increíbles. Tuve la suerte y la dicha de trabajar con los mejores actores y con los mejores directores", aseguró.
"Creo que de los grandes no me quedó nadie afuera: trabajé con todos. Y no sé si mucha gente puede decir eso, yo me siento afortunada. También hice cine, mi primera película fue un protagónico con China Zorrilla, que me hizo de partenaire (risas). Y para mí el cine fue un viajazo y quisiera vivir toda mi vida filmando cine, ahí sí que vibro", destacó.
Si bien ahora presentó un libro llamado "Propio, tu mundo", en los que cuenta relatos emocionales donde habla de las emociones, de las sensaciones que nos causan esas emociones y de cómo trabajar con eso para ser más amables con uno, su profesión primera es el teatro.
"En teatro un poco es tres años sí, tres años no. Son tres años seguidos laburando y después por ahí no pasa nada, no hay audiciones hasta que la cosa se vuelve a retomar. Por suerte aprendí cómo funciona y tengo una vida muy rica en todos los sentidos, no estoy sentada esperando que me suene el teléfono. Hago mis cosas, escribí mi libro, tengo una banda, canto, doy clases. Hago de todo, no paro", concluyó en la entrevista.