Otilio Romano, quien cumplía una doble condena a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad y tenía arresto domiciliario, murió hoy en una clínica donde se encontraba internado. A sus 79 años, se recuperaba en una clínica privada por diversas afecciones de salud que se sumaron a un cuadro de base de diabetes.

En 2017, en un fallo histórico, el ex camarista había sido condenado a prisión perpetua por haber sido cómplice de crimenes de lesa humanidad mientras ejercía su función de magistrado en la Justicia Federal.

Asimismo, en 2020 fue sentenciado por segunda vez en la Justicia Federal de Mendoza, de la que fue referente por ser integrante de la Cámara Federal de Apelaciones.

Romano se había desempeñado como fiscal federal entre 1975 y 1983, año en que fue designado juez de la Cámara de Apelaciones. Producto de la investigación que se realizaba sobre su complicidad con la dictadura, presentó su renuncia a la Cámara en 2010, pero no fue aceptada.

El ex juez estaba acusado de "haber omitido en forma reiterada y prolongada en el tiempo la promoción, persecución y represión de delitos de lesa humanidad cometidos por las Fuerzas Armadas y de seguridad entre 1975 y 1983, de los que habría tomado conocimiento en su condición de fiscal federal y juez federal subrogante".

En agosto de 2011 se fugó a Chile, donde pidió asilo por considerarse perseguido político, y raíz de las gestiones judiciales iniciadas en 2012, lo extraditaron a la Argentina en septiembre del 2013. El Consejo de la Magistratura lo destituyó de su cargo de juez y perdió el beneficio de la jubilación.


Así, el exjuez volvió a Mendoza detenido y fue el único de los exmagistrados que transitó el proceso judicial en prisión preventiva. En 2017 fue condenado a prisión perpetua en el cuarto juicio por delitos de lesa humanidad en la provincia, conocido como "Juicio a los jueces".

Según la información, a partir de su deteriorado estado de salud, le otorgaron prisión domiciliaria en 2016.