La Asociación Argentina de Actores confirmó este jueves que la prestigiosa Diana Maggi falleció a los 97 años. Actriz de cine, teatro y televisión, su nombre se encuentra esparcido a través de la historia del espectáculo argentino, que la disfrutó por varias décadas.

En este sentido, uno de los nombres más destacados que se encuentran alrededor de esta figura es el de quien fue su pareja por décadas: Juan Carlos Dual, otro prestigioso actor que falleció en 2015.

La historia de amor de Diana Maggi y Juan Carlos Dual 

Hay que remontarse a 1969 para comenzar a hablar sobre cómo se conocieron estos dos referentes de la actuación argentina. Y fue, dónde sino, en la puerta de un teatro en la Ciudad de Buenos Aires: el Astral

Allí, Dual se encontraba junto a Joe Rígoli y el director Onofre Lovero, todos integrantes de la comedia La historia de la guita, mientras esperaban a Maggi.  "Che, esta mina es medio piantada, ¿no?", preguntó cuestionó Dual, mientras que sus colegas le respondieron: "Es una buena mina, tranquila como agua de tanque, aunque un poquito extrovertida, como buena tana".

El encuentro fue algo complicado. Ella, furiosa porque le habían intentado ocupar el lugar para estacionar, no tuvo mucho contacto. Luego, arrancaron los ensayos, que no mejoraron mucho la imagen. 

"Llevé un grabador para aprender algunas canciones que se pasaban en la obra, y cuando lo voy a prender ella me encara: '¿Para qué ponés el grabador? Por favor, sacalo'. Enseguida pensé: '¡Qué ensayo vamos a tener!", contó el actor tiempo después.

Ese cruce, lejos de sentenciar, plantó la duda en Diana sobre la relación con Dual. "Me empezaron a correr unos fríos por la espalda. Fue como una especie de enamoramiento, así que empecé a suavizar mi forma de ser, porque al principio lo había tratado mal", sostuvo la actriz. 

Y ahí arrancó la historia. Comenzaron las miradas, los gestos, y finalmente las invitaciones, al menos la primera, cuando tomaron un café. "Me habló de teatro, de literatura y después me llevó a mi casa", evocó Diana.

Al tiempo, concretaron el amor. "La invité a bailar a un boliche que estaba frente a la cancha de River y ese día empezó nuestro romance", rememoró ella, en una vieja entrevista con Clarín. 

Seguido, aparecieron las idas y vueltas. "Noviamos un año y medio, después nos separamos dos, volvimos a tener un idilio de un año, nos distanciamos tres años más y finalmente en 1976 decidimos irnos a vivir juntos a un chalet en la General Paz y Tres de Febrero, en Nuñez", contó.

La pareja, despareja. Ella era una mujer alegre, feliz, agradable, mientras que él era algo más introvertido, más serio y “cabrón”, según lo calificó ella. “Los opuestos se atraen”, en su máxima expresión, ya que el amor entre ellos estuvo vivo siempre. 

"Juan Carlos es un fuera de serie. Forma parte de una raza de hombres que ya se extinguió, Es educado, respetuoso, caballero. Estoy profundamente enamorada de él", explicaba ella, mientras que él, más preciso, afirmaba: "El sentimiento es recíproco. Y el respeto es fundamental. Entre dos personas que se aman no puede haber maltrato. Si estoy enojado por algo, lo máximo que hago es levantar el tono. Tenemos discusiones, pero nunca con las garras hacia fuera".

Sobre los compromisos, pese a que su amor era evidente, reconocían: "No creemos en la ceremonia religiosa. Entre nosotros hay un compromiso de palabra mucho más importante que la ley o los ritos". No se casaron ni tuvieron hijos, pero si compartieron algunas obras de teatro y programas de televisión. Entre otras, Vamos a contar mentiras y Matrimonios, respectivamente.