Las toallas femeninas, tampones y copas menstruales son algunos de los productos de gestión menstrual que registraron una suba de hasta el 70% en sus precios durante los últimos meses, según un relevamiento de crónica.com.ar realizado en farmacias, supermercados y perfumerías de la provincia de Buenos Aires.

Pese a que en Argentina hay más de 12.000.000 de personas que menstrúan, los artículos de higiene menstrual pueden ser hasta un 50% más costosos que el promedio de precios de los productos de la canasta básica, a la cual nunca fueron incorporados, así lo refleja el informe “Diagnóstico sobre uso y percepción de insumos de gestión menstrual”.

Esta desigualdad es un impedimento en términos de acceso en un escenario económico donde la inflación nuevamente sufrió una marcada aceleración y registró en diciembre una variación mensual del 25,5% en productos de consumo masivo -entre los cuales se incluyen los de cuidado personal- con una acumulada anual de 211,4%. Tan solo en la primera semana de enero esta cifra avanzó al 278,2 %.

En el último año, el 43% de las personas menstruantes se vio en la necesidad de modificar sus hábitos en el uso de estos productos por motivos económicos.

En este sentido, los paquetes de ocho toallitas de primera marca oscilan entre los $760 y $3.100, los paquetes de 16 unidades cuestan entre $3.800 y $5.200. Las nocturnas más económicas por 8 unidades se pueden conseguir en $839, mientras que las primeras marcas ascienden a $3.270.

Las cajas de tampones con 8,12 y 16 unidades, por otro lado, parten de los $1.700, $2.300 y hasta $3.900 respectivamente. 

Entre las opciones reutilizables, que ganaron la mayor parte del mercado en la última década, la más popular es la copa menstrual (un recipiente de silicona reutilizable con una vida útil que ronda los 15 y 20 años). Las mismas pueden conseguirse a partir de los $7.500 en oferta, aunque pueden escalar hasta los $40.000 en el caso de las importadas.

Las cajas de tampones con 8,12 y 16 unidades parten de los $1.700, $2.300 y hasta $3.900, respectivamente.

Los discos menstruales son una variante de la copa que permiten una mayor capacidad de almacenamiento y durabilidad. Estos se consiguen a $22.000 aproximadamente.

Las toallas reutilizables que duran cerca de tres años, se venden en pack de tres por $7.000 en promedio y también están las bombachas menstruales, con precios por encima de los $15.000.

De acuerdo al informe citado, el 60 % de las personas ya utiliza toallitas descartables. Estos productos, junto con los tampones (15 %), son los elegidos por el 75 % de la población.

El costo de menstruar en Argentina

En septiembre 2023, la asociación civil EcoFeminita realizó un relevamiento como parte de la campaña #MenstruAcción para calcular el costo de menstruar en el país. Así concluyeron que el gasto promedio anual por persona para abastecerse de toallitas hasta ese momento era de $14.936, al tener en cuenta que son necesarios unos 22 productos por cada ciclo.

El avance en el precio de los productos de gestión menstrual hasta septiembre 2023.

En el caso de los tampones, el gasto promedio por año por persona era de $15.002.37, a un valor de $52.46 la unidad.

Hasta el mes de octubre, el Ministerio de Economía del Gobierno anterior realizó otro informe similar, en el que se calculó que el gasto en toallitas por año ascendía a $17.829, mientras el gasto anual en tampones era de $12.689.

El programa de Precios Cuidados -vigente hasta fines del 2023- incluía productos de gestión menstrual que se conseguían a valores hasta un 30% inferiores que otros artículos pertenecientes a la misma categoría.

Los paquetes de ocho toallitas de primera marca oscilan entre los $760 y $3.100, los paquetes de 16 unidades cuestan entre $3.800 y $5.200.

Desigualdades y derechos pendientes

Según datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), agencia especializada de las Naciones Unidas, el 12% de las mujeres en América Latina no pueden permitirse adquirir productos de higiene menstrual.

La menstruación constituye un factor de desigualdad que afecta a las mujeres y personas que menstrúan, especialmente a aquellas con menores ingresos, mayores niveles de precariedad laboral, desempleo y pobreza que tienen un menor o nulo acceso a los productos de higiene.

Estas dificultades pueden tener un impacto significativo en la salud, la educación y el trabajo, ya que aquellas personas que no pueden acceder a una gestión menstrual adecuada se ven obligadas a ausentarse de la escuela o del trabajo, abandonar actividades deportivas o recreativas y, en algunos casos, recurrir a alternativas perjudiciales para su salud.

De acuerdo a una encuesta de UNICEF realizada en 2021, casi el 10% de las personas consultadas no van a la escuela durante la menstruación y 23% siente vergüenza o incomodidad. En Bs As, en la Primera Encuesta de Gestión Menstrual de la Defensoría del Pueblo de la provincia (2020), casi la mitad de las personas encuestadas manifestó haber dejado de ir a la escuela o a la facultad (47,9%) a eventos sociales (43,9%) y más de dos tercios (75,6%) dejo de hacer deportes durante la menstruación.

Hasta diciembre pasado, el Estado Nacional garantizaba la incorporación de productos de gestión menstrual al Programa Precios Cuidados y a través del programa MenstruAR del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad (que bajó de rango con el gobierno de Javier Milei y se conviertió en la Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género), permitía el acceso gratuito a estos insumos en distintos municipios. Desde su implementación, se entregaron más de 10 mil copas menstruales pero todo quedó en pausa a partir de este año.

La directora Nacional Políticas Integrales de Igualdad de la Secretaría, Marcela Cortiellas, aseguró a crónica.com.ar que “todo el stock de copas menstruales que teníamos se entregó dentro del marco del Programa, a municipios o provincias. Con capacitación de gestión menstrual y ESI comunitaria”.

Mientras tanto, aguardan a la designación de una subsecretaria para retomar la actividad. Hay para hacer pero no hay nueva gestión. Igualmente por las modificaciones que hay en la Ley Ómnibus, el paradigma es otro. No hay eje en las desigualdades estructurales que sabemos y tenemos datos concretos. Es una pena enorme el retroceso que vamos a tener”, aseguró la funcionaria.

Otra de las políticas públicas por la que distinas organizaciones y asociaciones feministas luchan desde hace años, es la baja o quita de los impuestos a los productos de gestión menstrual, lo que tendría un impacto considerable en el bolsillo de las personas menstruantes.

De acuerdo a una encuesta de UNICEF realizada en 2021, casi el 10% de las personas consultadas no van a la escuela durante la menstruación .

Según datos del informe “Diagnóstico sobre uso y percepción de insumos de gestión menstrual”, más del 95 % de las personas considera que el Estado debería eliminar el IVA de estos productos.

Argentina es el segundo país latinoamericano, después de Uruguay, con mayor carga tributaria a personas menstruantes. La quita impositiva también implicaría que estos productos sean incorporados a la canasta básica, un escenario que se ve cada vez más lejos, según las posturas manifestadas por el Gobierno actual.