Lidia Segni, la bailarina que se salvó de morir en la tragedia del elenco del Teatro Colón
El día en que se desplomó el avión en el que viajaban sus compañeros, ella estaba junto a otro grupo. A 50 años de la tragedia, el doloroso recuerdo de la mujer que perdió a sus referentes y a uno de sus mejores amigos.
La tarde del 10 de octubre de 1971 marcó un antes y un después en los amantes del ballet. Es que a las 19.00 horas, nueve bailarines del elenco estable del Teatro Colón se subieron a un avión con destino a Trelew, en Chubut , a donde harían una función a beneficio. Pocos minutos después, una falla en el motor hizo que la aeronave se desplomara en el Río de la Plata sin dejar sobrevivientes.
En ese avión viajaban Norma Fontenla, José Neglia, quienes eran los primeros bailarines junto a Antonio Zambrana, Carlos Schiafino, Margarita Fernández, Carlos Santamarina, Rubén Estanga, Sara Bochkovsky y Marta Raspanti.
La historia de Lidia Segni, la bailarina que se salvó de morir
Uno nunca sabe por qué pasan ciertas cosas, pero la realidad sigue superando a la ficción. Lidia Segni , una eximia bailarina del Teatro Colón, llevaba un año integrando el elenco estable cuando ocurrió la tragedia ya pesar de que ya pasaron cinco décadas, todavía lo recuerda como si fue ayer. Es que ese fatídico día el elenco estaba dividido en dos ya ella le tocó estar entre quienes permanecieron a salvo.
"No quiero que pase el tiempo y la gente se olvide, pero no por el accidente en sí, sino por recordar lo bueno que tenían nuestros compañeros. El bailarín más joven del grupo era Rubén Stanga y nosotros habíamos entrado juntos al Colón por lo que estábamos muy ligados, yo era muy amiga de su esposa y hacía nueve meses habían tenido un bebé. Los demás eran de una generación anterior a la nuestra pero nos llevábamos bárbaro y teníamos un respeto muy grande por los profesionales, porque trabajar al lado de ellos era muy importante", recordó en diálogo con crónica.com.ar.
Para cubrir con todas las presentaciones, esa trágica noche el elenco se había dividido. "Yo estaba con el otro grupo haciendo función en Mar del Plata por eso en un principio se confundieron las noticias y creyeron que los del accidente habíamos sido nosotros. Varios compañeros bailarines escucharon la noticia en el entreacto. Nosotros los notamos raros, no hablaban, pero no sabíamos por qué era. Cuando terminó la función nos juntaron en el escenario y nos dijeron que había pasado algo terrible", agregó Lidia.
Inmediatamente pidieron volver a Buenos Aires. "Sabíamos que no podíamos hacer nada, pero queríamos estar todos juntos. Tardaron mucho en sacarlos[del río]. Fue muy emocionante cómo se los despidió. Se los veló a todos juntos en el Salón Dorado, a cajón cerrado. Al otro día, en el descanso del primer piso estaba toda la orquesta del Colón tocando la marcha fúnebre mientras bajaban los cajones por las escalinatas. Las palmas de flores daba dos vueltas al Colón. Esto nos dejó impactados, sin ganas de nada", sentenció la bailarina.
En el aniversario de los 40 años de la tragedia, mientras Lidia era directora del ballet del Colón, hizo una gran gala con artistas internacionales para homenajear a sus ex compañeros. “En las funciones, en las que ellos [Norma y José] eran siempre las primeras figuras, nos quedábamos admirándolos porque eran emocionantes. Aparte de su talento, tenían un carácter muy afable y divertido, nos trataban muy bien a nosotros y era muy lindo compartir las jornadas de trabajo con ellos”, concluyó Segni resaltando que todo se consigue en base al esfuerzo.
Quiénes fueron Norma Fontenla y José Neglia
Norma y José tuvieron la posibilidad de recorrer el mundo con su arte, sobre todo por Europa. Ella, entre otras oportunidades, participó de la obra "Giselle" junto a la famosa pareja Margot Fonteyn y Rudolf Nueréyev. Años después, el artista ruso la volvió a elegir, esta vez para que fuese su protagonista femenina en el "Cascanueces". Entre algunos de sus premios, en 1968 recibió en el Festival Mundial de la Danza de París el galardón a la "mejor bailarina argentina".
Por su parte, Pepe comenzó en el mundo del ballet a los doce años cuando un cliente de su papá lo invitó a su academia sin cobrarle un peso, Michel Borovsky . Tenía un talento innato ya que a los 17 pudo ingresar al cuerpo del Ballet del Teatro Colón y tan solo un año después se convirtió en primer bailarín. Su gran consolidación fue en 1968 cuando luego de presentarse en el Champs Elysees con Usher, en el marco del sexto Festival Internacional de Ballet en París, consiguió la Estrella de Oro .