Moverse con gracia, destreza y seguridad al ritmo de la música tropical no es una habilidad que le sobre a cualquiera. Pero este salteño de 45 años, parece que cuando camina la cumbia lo musicaliza naturalmente, entre el rebote de sus bucles y su tarareo desfachatado. Rolando Antonio Suárez vive en el barrio Siglo XXI de la ciudad de Salta, y desde hace 25 años trabaja como maletero en la terminal local.

Fue luego de una celebración familiar en honor a la Virgen de Urkupiña que “Látigo”, como fue apodado tras el fortuito episodio, fue filmado por su hermano Oscar tirándose unos pasos de cumbia, como en realidad hacía normalmente durante las reuniones sociales.

Pero aquella vez, algo lo cambió todo: Oscar no solo lo filmó, sino que traspasó la barrera de la anécdota familiar y publicó el video de Rolando en las redes sociales. Y…¡Boom! Explotó todo. Rolando, sus bucles, sus pasos de baile, y todo él pasaron a brotar por las redes, mientras el salteño no entendía qué estaba sucediendo cuando en su trabajo lo miraban, se reían, o comentaban.


“No estaba en los planes. Pasé por la terminal y me señalaban, me nombraban. Sentía que se reían de mí, pero en realidad me estaban saludando. Les respondía que no, que yo no era. Entonces lo llamé a Oscar y le dije: ‘¿Qué hiciste, hermano?’, recordó Látigo en diálogo con TN ¿La respuesta que obtuvo? “Lo subí sin querer”.

Desde ese momento, Suárez - “el de los pasos prohibidos” - sabe muy bien lo que es ser reconocido. Entiende lo que se siente perder el anonimato, cada vez que se dirige a su trabajo y alguien dice, “¡Mirá quién es!”. Es que, según cuenta, la gente no puede creer cuando lo ve en la terminal y se quedan sorprendidos si se lo encuentran caminando tranquilamente por la calle.

Sobre el día que marcó un antes y un después en su vida cotidiana, Látigo rememoró: “Sonaba una canción de las Culisueltas. Me dicen ‘Látigo, pasitos prohibidos’ por lo que yo bailaba: ‘la Jenny y la Kitty, ella quiere látigo. Látigo, látigo, látigo”.

Asimismo, y lejos de cualquier superficialidad, Rolando destaca el rol que tiene la música en su vida: “Cuando bailo y siento la música me imagino en el escenario con el diablo. La gente me sigue y le gusta que yo tire los pasos prohibidos. Soy un tipo humilde que no cobra, que bailo para mi gente, que tengo corazón”, describió en conversación con el mismo medio, y reafirmó: “No me interesa ser famoso. La humildad para el Látigo es sagrada. Todo es gracias a la gente, estoy acá por ellos”.

Según contó, fue su mamá la que le enseñó a bailar cumbia (Foto: Facebook Látigo Pasito Prohibido).

Rolando tiene cuatro hijos y, actualmente, está en pareja. Según contó, hizo hasta el tercer año de la escuela y pudo estudiar carpintería gracias al apoyo de su madre: “Siempre me ayudó mi mami. Por ella bailo cumbia”, no dudó en darle el crédito.

Pero “Látigo” Suárez no se quedó con su estrellato momentáneo y continuó grabando videos literalmente a pedido del público, alegrando a cualquier usuario que deambulando por internet se topa con la cabellera y el ritmo inquietante del salteño ¿Él? Siempre listo para el show.