La vertiginosa historia de Silvina Luna: una infancia dura, refugio en "Gran Hermano" y una operación que le arruinó la vida
Silvina Luna llegó a Buenos Aires con 21 años y muchos deseos por cumplir, pero en el mejor momento de su carrera artística, la mala praxis la obligó a distanciarse de los medios y emprender un largo tratamiento. Los detalles de su vida, en la nota.
Hace semanas que Silvina Luna es noticia debido a que está internada en la terapia intensiva del Hospital Italiano a raíz de su delicado estado de salud que derivo por una hipercalcemia (alto nivel de calcio) e insuficiencia renal que le provocó una cirugía que le realizó hace una década el doctor Aníbal Lotocki. A este terrible cuatro, se le sumó problemas en los pulmones como producto de una bacteria llamada KPC que debilitó aún más su sistema inmune.
Más allá de los grandes esfuerzos que está realizando la modelo y su círculo íntimo para salir adelante de esta dolorosa situación, su historia siempre estuvo marcada por el dolor, la lucha y el deseo de ser feliz.
Una dura infancia
Nació el 21 de junio de 1980 en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe. Su familia, compuesta por Roxana Cheri (Madre), Sergio Omar Luna (padre) y Ezequiel (Hermano), era clase media-trabajadora y siempre la incentivaron a continuar sus sueños, aunque no tiene los mejores recuerdos de su infancia.
Con solo 17 años, Silvina decidió irse de la casa paterna debido a que no aguantaba más la mala relación de sus padres, quienes se había separado cuando ella tenía 13 años. Según relató la propia actriz en diferentes entrevistas, su madre sufrió violencia de género por parte de su papá que tenía un problema de adicciones.
Irse de su casa a temprana edad le significo un gran cambio, ya que no solo tuvo que madurar de repente, sino que también tuvo que buscar un trabajo para mantenerse, de hecho, Luna fue desde mesera hasta empleada de un local de hamburguesas hasta que puedo recaudar lo necesario para emprender sus sueños
Con 21 años, llegó a Buenos Aires para estudiar teatro, por el hecho de que su deseo era poder trabajar en los medios de comunicación. Los primeros tiempos en la gran ciudad no fueron fácil, ya que vivió una pensión y comía lo justo y necesario porque la plata no le alcanzaba.
En medio de la mudanza, se enamoró de un chico llamado Juan Pablo y todo cambió. Si bien el amor de aquel novio la ayudo a no sentirse sola, la intensa relación se tornó un tanto pesada por los celos y las mentiras que finalmente concluyeron en la separación definitiva. "Me dejó y sentí que mi vida no tenía sentido", confesó Silvina Luna acerca del noviazgo.
El destino la llevó a emprender un viaje por Miami, Estados Unidos, durante 9 meses, donde aprovecho para trabajar como moza en un restaurante de la costa. Asimismo, hizo un book de fotos para poder emprender una carrera como modelo y promotora.
El éxito de "Gran Hermano" y la fama en los medios
Luego de vivir en Estados Unidos por una temporada, volvió a Buenos Aires y se enteró de que estaban buscando jóvenes que quieran vivir una experiencia única en un famoso reality. Sin pensarlo, se metió en el casting y, por cuestiones del destino, fue la última candidata en presentarse.
Si bien los productores ya habían cerrado el grupo de interesantes, decidieron incorporar a Silvina Luna dada su simpatía y gran belleza. Pese a que no sabía que le deparaba en el programa de Telefe, la joven modelo afirmó que: "Por lo menos iba a tener techo y comida por un par de meses".
El 4 de agosto del 2001, Luna y 13 participantes más ingresaron a la famosa casa de "Gran Hermano". Desde el primer momento la joven se destacó de los demás jugadores debido a que se nota que realmente estaba tomando disfrutando del momento, de hecho, hubo algunos chicos que la criticaron por estar comiendo mucho y ella respondió con un adorable baile en bikini donde mostraba que su pancita no le molestaba.
Inesperadamente, fue la séptima eliminada de la segunda temporada del reality en nuestro país. Sin embargo, por decisión del público volvió en el repechaje y llegó a la final con Roberto Parra. Finalmente, ganó el chico y ella se llevó el reconocimiento necesario para que su nombre resuene por muchos años más.
Tras finalizar "Gran Hermano", continuó con su carrera como modelo y se metió de lleno en su profesionalización en el mundo artístico. En la temporada de verano del 2002, participó en su primera obra de teatro "La noche de las pistolas frías", pero luego le siguieron más de una decena de proyectos muy exitosos que le permitieron mostrar que era mucho más que una cara bonita.
Gracias a su faceta de actriz, pudo participar de varias obras de teatro tanto de revista como . de comedia, entre las que se puede mencionar "El champán las pone mimosas", "Más que amigos", "Abracadabra", "Explosivos", entre otras. Durante una década, fue una de las figuras más importantes de la temporada de verano de Mar del Plata, Villa Carlos Paz y la mismísima Calle Corrientes en Buenos Aires.
Asimismo, tuvo un brillante paso por la televisión donde se destacaron sus papeles en las ficciones: "Pone a Francella", "Los Roldán", "Casados con hijos" y "Gladiadores de Pompeya" y hasta participó como concursante en tres ediciones del "Bailando por un sueño" (2006, 2009 y 2017).
La carrera de Silvina Luna parecía no tener freno, ya que no solo pudo incursionar en la actuación, sino que también tuvo la oportunidad de ser conductora de diferentes segmentos de "Gran Hermano 2011". Asimismo, fue panelista de reconocidos programas que fueron furor en cuanto rating.
Una operación que le cambio la vida
Mientas estaba en su mejor momento laboral, en 2011, fue operada de los glúteos por el cirujano Aníbal Lotocki. Tiempo después de la intervención, comenzaron los fuertes dolores que se convirtieron en reiterados cálculos renales que, según los estudios medios realizados, fueron producto del metacrilato utilizado por el médico.
Desde 2014, Luna debió ser tratada por diversas consecuencias que le trajo aquel implante hasta que fue diagnosticada con hipercalcemia e insuficiencia renal. Como consecuencia, tuvo que dejar de lado su carrera y comenzó a realizarse diálisis tres veces por semana para limpiar su sangre.
Este grave cuadro de salud la llevó a denunciar a Lotocki por mala praxis. Luego de un largo proceso y muchos estudios, en enero de 2022, el cirujano fue condenado a cuatro años de prisión y cinco años de inhabilitación profesional, aunque nunca se cumplió la pena.