La conmovedora historia de los dos hermanos que fallecieron en el voraz incendio forestal de Córdoba
Se trata de dos de las tres víctimas mortales del fuego que azotó durante siete días una amplia zona de la provincia mediterránea -en el límite con Santiago del Estero y San Luis-, donde el siniestro además dejó 40 mil hectáreas arrasadas.
El sábado último, los hermanos Namir y Didier Cáceres Mdalel, de 21 y 27 años respectivamente, viajaban en un auto Ford Ka por la ruta 9, en el norte de la provincia de Córdoba, donde fueron sorprendidos por un incendio una magnitud enorme. Al punto de que el fuego los forzó a frenar la marcha del vehículo.
Pero, en lugar de tomar por un camino que les hubiera permitido dejar atrás las llamas, los jóvenes decidieron retroceder para ayudar a combatir el fuego que se iba sobre algunas casas ubicadas a un costado de la ruta. Quizá movilizados por el espíritu solidario que le había insuflado el secundario realizado en el Liceo Militar "General Paz", de la capital provincial.
Pero unas llamaradas los volvieron a sorprender y, en esta ocasión, no tuvieron tiempo de realizar ninguna maniobra: Namir no pudo salir del auto y perdió la vida calcinado en el interior del habitáculo. Su hermano alcanzó a bajar, pero quedó atrapado por las llamas.
Didier fue rescatado pocos minutos después con el 70 por ciento del cuerpo quemado. El joven de 27 años fue trasladado al hospital de San José de la Dormida, la localidad más cercana, desde donde fue derivado al Instituto del Quemado, de la ciudad de Córdoba.
En ese establecimiento sanitario falleció este miércoles, por la noche, producto de las heridas que le provocó el fuego.
Marcos Cisneros fue su profesor de música de ambos en el Liceo Militar "General Paz" y trabó una estrecha relación on los hermanos.
“Didier es el más grande de los chicos y lo tuve desde primer año hasta sexto. Siempre fue muy respetuoso, correcto, amable y era un chico normal, como cualquier otro. Le gustaba jugar a la pelota, era muy amiguero”, contó el docente en diálogo con Clarin.com.
Cisneros precisó que en el Liceo funciona un sistema de padrinazgos y destacó que el joven de 27 años tenía varios ahijados a los que aconsejaba.
“No era de esas personas que sabe algo y no lo comparte, si no que lo que sabía lo compartía con los demás. Los dos hermanos eran así. Didier tenía ahijados en el Liceo y los cuidaba, les enseñaba, los acompañaba, mandaba mensajes los fines de semana y los ayudaba con las materias. Hablaba con los profesores para darles una mano”, sostuvo el educador.
El profesor finalizó: “Por eso es tan llorado por todos sus compañeros, quienes han estado haciendo posteos en las redes, extrañándolo”.