En apenas tres días, ambos se despidieron de este mundo: luego de compartir más de una década de amor y dos hijas, Jorge Cacho Fontana y Liliana Caldini fallecieron en la misma semana y trajeron a la memoria de muchos recuerdos de lo que fue un amor turbulento, pero un amor al fin. 

Los primeros registros de esta relación traen consigo la polémica, ya que este romance escandalizó a la sociedad desde su nacimiento. Es que Cacho, consagrado locutor de 38 años, comenzaba a salir con una joven de 18 años, que se hizo conocida por un afamado anuncio de cigarrillos y por ser parte del exitoso programa Los Campanelli.

Fontana, quien estaba recientemente separado de la actriz, cantante y bailarina Beba Bidart, entrevistó a Liliana en una edición de su recordado ciclo Fontana Show, y el flechazo fue instantáneo, a tal punto que a la salida de la charla fueron a tomar una gaseosa a un bar.  

Si bien el interés era claro -ya que ella había recibido una docena de rosas al día siguiente-, sus caminos se dividieron en el inicio de esta historia, porque él tuvo que viajar a Italia a transmitir el Festival de San Remo para Canal 13, mientras que ella tuvo que dirigirse a Mar del Plata. Sin embargo, el interés del otro lado también estaba: “Soy Liliana, estoy con dos amigos y quiero verte”.

Ese mismo año, el conductor festejó su cumpleaños con ella y volvieron a viajar al viejo continente. En un mar de rumores sobre su relación, fue la periodista de chimentos Valentina quien confirmó: “Cacho Fontana y Liliana Caldini se casaron en Italia”. 

Lejos de esconderse, Fontana se sinceró: “Sí, estamos de novios”. Ella, por su parte, anunció meses después: “Dejo la profesión. No tengo vocación. Soy la mujer de Cacho y quiero resguardar nuestra intimidad como algo sagrado. Tuvimos que pelear mucho por esto y ahora tenemos que defenderlo”.

La historia de amor dejó de ser un simple rumor y se asentó. Tanto es así que, siete años más tarde, el conductor anunció: “Voy a ser padre dentro de unos meses. Estoy loco de contento y tengo ganas de que sea un varón”. Sería finalmente el arribo de dos gemelas, Antonella y Ludmila

Doce años tuvieron que pasar para que este amor comience a ver su final. En 1982, las crisis de ambos y el revuelo de los medios planteaban el posible fin. “Voy a cumplir 50, estoy en crisis profesional. Liliana tiene 30 y las mujeres de esa edad también entran en crisis”, dijo él, mientras que ella respondió: “No estoy enamorada de Cacho. Fueron 12 años casi perfectos, pero la crisis es muy grave”. 

La separación se consumó y los años pasaron. Con una mirada distinta y lógica, Cacho recordaría aquel vínculo con cariño: “Costó que la gente aceptara mi relación con Liliana. Tardamos como cuatro años en mostrarnos en público. Para muchos yo era un viejo verde, cansado, con mucha guita, que buscaba una chica joven para divertirse. Hoy esa historia sería el cuento de Caperucita. Ella está en Miami y tenemos una muy buena relación”. 

Según contaba Liliana, fueron sus dos hijas en común la razón por la que seguían en un contacto con cierta armonía. Y así fue hasta esta semana, donde ella falleció el domingo y él, el martes. Un amor con idas y venidas, con poco más de diez años de intensidad, quiso que ambos se despidieran de este mundo con apenas días de diferencia.