Matías Portillo ingresó a Gran Hermano en 2016 y rápidamente conquistó el corazón de más de una persona debido a que no solo tenía una cara angelical digna de un príncipe de Disney, sino que también era extremadamente simpático. Más allá de ser el galán de la casa, desde el primer momento llamo la atención de todos porque era "virgen", sin embargo, dentro del juego tuvo su primera novia. A pesar de que no ganó el premio mayor del programa, se le abrieron las puertas del mundo de las redes sociales y le cambiaron la vida inesperadamente. Actualmente, triunfa como actor y modelo en el exterior.

A seis años de la última temporada del reality, Telefe comenzó una nueva temporada que está dando mucho que hablar y que está rompiendo todas las barreras no solo del rating, sino que también se estableció como tendencia en las redes sociales desde el primer día.  Si bien la mayoría de los ex concursantes volvió a su vida "normal", a lo largo de sus diez temporadas, otros hermanitos lograron instalarse dentro del ambiente artístico y con mucho esfuerzo continúan vigentes entre el público y los seguidores.  

El sueño del pibe 

Nació dentro de una familia de clase trabajadora de la capital de la provincia de Corrientes. Desde muy chico tuvo un gran fanatismo por el arte y la actuación, por ese motivo se dispuso a cumplir su gran sueño pese a que sabía que iba a ser un camino difícil. A pesar de que durante toda su niñez y adolescencia había jugado tenis profesionalmente, de hecho, se lo veía como una promesa del deporte argentino. Sin embargo, su gran anhelo era llegar a ser galán de telenovela, por eso parte de su joven vida estuvo atravesada por los carnavales típicos de su localidad donde se presentaba como bailarín. 

En cuanto termino los estudios secundarios, se inscribió en la carrera de Artes Escénicas. Si bien estaba muy contento con su destino, un día vio la convocatoria de Gran Hermano y decidió ir a Buenos Aires a probar suerte en el reality más popular del mundo. Tras pasar distintos castings, quedo seleccionado para ingresar y desde el primer día causó furor entre los televidentes, ya que se presentó como el galán que enamoraba a todos con su simpatía y buen sentido del humor

Portillo entró a Gran Hermano con 21 años. 

Un jugador polémico

Más allá de su belleza física y cara angelical, Portillo, llamó la atención de la audiencia porque era virgen y nunca había tenido novia. "Nunca tuve pareja porque le tengo miedo al compromiso", dijo el chico en el video de presentación. Con el paso de los días, el correntino fue sacando su personalidad conquistadora y rápidamente inició una relación con  Belén D'Alessandro. Asimismo, a lo largo de la competencia, mostró que su juego no era de estrategia, sino de conmover al público con su historia de amor con su compañera. 
Pasado los primeros dos meses de Gran Hermano, su participación en el juego comenzó a ser un tanto polémica. Si bien los ánimos y el ambiente dentro de la casa estaba bastante pesados, él fue uno de los protagonistas de distintas escenas que rozaban la violencia física. Uno de los momentos más recordados fue "La jarra loca de la fiesta", donde mezcló alcohol etílico con gaseosa. A raíz de esta acción, tanto portillo cómo Ivana Icardi y Agustín Pappa fueron fuertemente sancionados por la producción. 

Una nueva vida después de Gran Hermano 

Tras 81 días dentro de la casa más famosa del país, el público decidió eliminarlo del juego. Luego de terminar su participación, junto con Belén D'Alessandro iniciaron una pareja formal, sin embargo, después de 3 años dieron fin al noviazgo y cada uno tomo su camino. En cuanto a su vida laboral, probó suerte en algunos programas de televisión, pero su gran fuerte estaba en redes sociales. Gracias al apoyo de los seguidores y su carisma, comenzó una carrera de modelo de indumentaria que rápidamente se fue consolidando. 

Para 2019, se fue a vivir a Perú donde pudo iniciar su carrera como actor de teatro.  En el mejor momento de su profesión en el país vecino, llegó la pandemia y le impidió continuar con sus proyectos. Luego de estar dos años en Buenos Aires y Corrientes, le surgió la posibilidad de actuar en Colombia y sin dudarlo se instaló en esa región, donde actualmente reside y trabaja. Asimismo, las redes siguen teniendo un rol fundamental en su presente y mantiene vivo el diálogo y cariño con sus seguidores.