La suba reciente en el transporte público autorizada por el Gobierno nacional implica aumentos del 250% en el boleto mínimo de colectivo, un 170% en el de tren y un 13.6% en el subte. Con estos incrementos, el retorno a clases este año les costará a los estudiantes secundarios y universitarios unos $25.000 mensuales en promedio y temen que se disparen las ausencias y la deserción escolar.

Esta semana se implementaron fuertes subas en el transporte que elevaron el boleto mínimo de colectivos a $270, el de trenes a $130 y el del subterráneo $125. En este marco, representantes estudiantiles ven con preocupación el impacto que tendrá en el bolsillo de las familias y jóvenes que asisten al colegio secundario, a los terciarios y universidades de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense.

“Con este aumento si tomas dos colectivos y un tren por día son $1.340, y por mes si trabajas 5 días por semana $ 26.800. Este monto se lleva casi un 20% del sueldo. Yo voy del trabajo todos los días a cursar. Es mucho el porcentaje, ya que a eso le tenés que sumar alquiler, servicios, entre otros”, detalla a cronica.com.ar Evelin Cano, estudiante de abogacía de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y referente de la juventud del PTS (Partido de los Trabajadores Socialistas).

Con el salario mínimo a $156.000 y la precarización que atraviesan los jóvenes que recién se insertan en el mercado laboral, continuar con los estudios se vuelve casi inaccesible. “La realidad es que la mayoría de quienes trabajamos y estudiamos, lo hacemos de manera informal o con contratos precarios. Hay muchos que no se pueden independizar de su familia y esos pibes están con lo justo. En los call center, dónde se concentra muchos estudiantes los sueldos no alcanzan los $200.000. En los estudios juridicos también nos ofrecen menos que eso”, explica Cano.

Por su parte, Victoria Liascovich ex presidenta del centro de estudiantes del Colegio Nacional Buenos Aires y militante política, señala que gastar $20.000 para viajares entre un 10% y un 20% de un sueldo promedio de un estudiante que recién está comenzando la carrera o en los primeros años de la carrera. El escenario es más complejo aún para los adolescentes que directamente no suelen tener ingresos”.

El costo del transporte no es el único que impacta en el bolsillo de los estudiantes. “Hay costos que también están subiendo mucho, que tienen que ver con el valor de las fotocopias, con las herramientas que uno necesita para estudiar, desde útiles hasta herramientas tecnológicas que hacen que el estudio sea algo realmente muy caro a lo que sólo pueden acceder personas de clase media o alta. Incluso en las universidades del conurbano el perfil cambió, ya no es un símbolo de ascenso social”, asegura la estudiante de derecho de la UBA.

El boleto mínimo de tren subió un 170% esta semana.

Su futura colega coincide: “Trabajo 9 horas y curso todos los dias, se hace muy dificil. Es peor los que tienen que tener dos trabajos con la inflación que hay y la devaluación. O los que viven con sus padres, ya se les hace imposible llegar, porque al boleto le tenés que sumar los gastos que tenés de materiales, tenés que tener tiempo para estudiar y si tenés que trabajar más, no llegás”.

Sube el transporte, ¿bajan las asistencias?

Según datos oficiales, los usuarios pagaban sólo el 10% del costo total del pasaje a finales de 2023. Desde febrero estarían cerca al 27,5% de cobertura. La intención del equipo económico encabezado por Luis Caputo, es reducir aproximadamente un 35% en términos reales las subvenciones al transporte durante 2024, en sintonía con el compromiso firmado con el FMI que propone un ajuste equivalente a 0,2 puntos del PBI.

El subsidio de los transportes es uno de los subsidios más progresivos y más importantes para que exista esto del ascenso social, que incluso ya venía siendo dificultoso porque el poder adquisitivo también define el acceso que uno tiene al estudio”, afirma Liascovich. Esta política ”implicaba una redistribución del ingreso donde aquellas personas que viajan en transporte público tienen una ventaja por sobre aquellos que viajan en auto”, agrega.

“Es otra más de las políticas que implica una regresividad y un ajuste a los de abajo y a los intermedios por sobre todo. Esto pega directamente a la clase media”, advierte la referente estudiantil.

Las referentes estudiantiles aseguran que el aumento se traducirá en más ausencias y hasta abandono de los estudios.

Para la integrante de la Juventud del PTS, este aumento sólo justifica la ganancia de las empresas de transporte. La Ley Ómnibus que se está tratando en el Congreso mientras rige esta suba, también afecta a la educación pública, apuntando a desfinanciarla y a quienes estudiamos y trabajamos. Incluso a los docentes universitarios le congelaron los salarios”.

“La avanzada no es solo en el boleto educativo, sino en toda la educación y en nuestras condiciones de vida en general. El presupuesto del boleto educativo aún no se ejecutó, por ejemplo, remarca la joven.

En tanto, Liascovich afirma que la suba impactará directamente contra estos sectores que necesitan el transporte público, no sólo para estudiar, sino también para trabajar. "Los trabajos van a ser cada vez menos rentables porque no tiene sentido gastar 20 lucas de un sueldo de 200 mil pesos cuando el alquiler está 180 o 200 mil pesos, no alcanza. Más considerando que hay muchos jóvenes que están en pensiones de estudiantes o viviendo en grupos más grandes, muchos que se vienen del interior a estudiar acá, se vuelve imposible”.

Ambas consideran que esto se traducirá en más ausencias y hasta abandono de los estudios. “Si bien no se paga una cuota mensual, al menos en la educación pública, si tienen muchos costos que cada vez son menos costeables para las personas. Incluso las carreras de diseño o los colegios técnicos implican un gasto en materiales para lograr pasar la cursada, que se vuelve imposible, sumado al transporte”, se lamenta la ex presidenta del centro de estudiantes el Colegio Nacional Buenos Aires.

Tarjeta SUBE estudiantil

Desde la Secretaría de Transporte aseguraron que el boleto estudiantil y el abono social para alumnos de escuelas secundarias y terciarias sigue vigente, al igual que los descuentos de la RED SUBE, que van desde el 20%, 30% y 40% una vez que se superen los 20, 30 o 40 viajes mensuales respectivamente.

La tarjeta SUBE estudiantil es válida para quienes cursan en el nivel inicial, primario, secundario y determinados Centros de Formación Profesional tanto de la Ciudad de Buenos Aires como del conurbano. El beneficio permite que los estudiantes viajen gratis en el transporte público y rige desde el primer día del ciclo lectivo hasta el último día hábil de ese mismo año.

La tarjeta SUBE estudiantil es válida para quienes cursan en el nivel inicial, primario, secundario y determinados Centros de Formación Profesional tanto de la Ciudad de Buenos Aires como del conurbano.

Contar con boleto estudiantil permite realizar hasta 50 viajes gratis por mes, con un tope de cuatro viajes diarios. Incluye colectivos, subtes y el premetro de lunes a viernes de 5 a 00. Una vez superados los límites del beneficio, se cobra la tarifa correspondiente al medio de transporte y furante el receso invernal, el beneficio no está activo.

Sin embargo, con más subas proyectadas en el horizonte, este beneficio no está garantizado. Este martes, el ministro de Transporte de la Provincia de Buenos Aires, Jorge D’Onofrio, advirtió que si bien la voluntad del Gobierno bonaerense es seguir garantizando el boleto estudiantil, la situación económica y financiera “asfixiante” del distrito podría complicar su continuidad.

En el marco del aumento del transporte, que consideró “un golpe durísimo e impagable para los ingresos de los bonaerenses”, el ministro fue consultado por la posibilidad de actualizar el monto que se deposita a los estudiantes por el boleto. “Es una ley provincial, la voluntad del Gobierno provincial es mantener los derechos que se han conseguido y ampliarlos, pero necesito abrir un paréntesis en cuanto a si persiste esta idea (del gobierno nacional) de asfixiar y fundir a la provincia de Buenos Aires, (no sabemos) qué es lo que va a pasar con los recursos para atender todas esas necesidades”, dijo D’Onofrio.